Callejón con salida
El Ayuntamiento de Barcelona confía en abrir por fin la calle Diputació hasta Sants, un plan proyectado hace ya cuarenta años
Habíase una vez un proyecto –incluido en ese Plan General Metropolitano de 1976 que, después de tantas operaciones a las que se ha sometido, no reconocen ni sus padres– que contemplaba prolongar la calle Diputació, interrumpida en la calle Tarragona, hasta la Creu Coberta. La intención era crear una conexión directa entre el Eixample y la vieja carretera de Sants que evitara a una parte de los automovilistas que circulan por la calle Tarragona adentrarse en la selva de la congestionada plaza Espanya. Desde la época de Pasqual Maragall, los sucesivos gobiernos de la ciudad intentaron echar mano de la piqueta para que la primera calle del Eixample por encima de la Gran Via dejara de topar con una serie de edificaciones que la convertían en un callejón sin salida. En parte lo consiguieron. Muy poco a poco, algunas fincas desaparecieron, incluido el único cine gay de Barcelona, el mítico Arenas que, mucho antes de vestirse con los colores del arco iris, y poco antes de que la CNT lo convirtiera en el cine Durruti, proyectó la primera película sonora que se vio en esta ciudad.
En enero del 2007, el Consistorio iniciaba los trámites para desenmarañar el lío de la propiedad de los inmuebles afectados. Comenzar las obras, decían los responsables municipales de aquella época, era cuestión de pocos meses. Pero una combinación letal de disputas en torno a esa compleja propiedad y la crisis inmobiliariafinanciera dieron al tras te con las intenciones de abrir vía lo más rápido posible. Así hasta que el pasado día 7, la comisión de gobierno del Ayuntamiento dio luz verde al proyecto, uno más y parece ser que esta vez el definitivo, de apertura de la calle Diputació entre las de Tarragona y Creu Coberta.
Tras la demolición del cine Arenas –que, además de anarquista y gay, fue de barrio, pionero del destape y exhibicionista del porno– sólo queda una finca por abatir para comenzar a urbanizar el nuevo vial. Se trata de un edificio ocupado (Creu Coberta 22-24). El Ayuntamiento confía en obtener pronto la propiedad para proceder al derribo antes de que termine el año.
Pero entre el momento en que fue concebido el proyecto de prolongación de la calle Diputació hasta Sants y la actualidad no sólo hay una distancia en el tiempo. También el discurso hegemónico en términos de movilidad ha dejado de pensar en el automóvil dominante para centrar toda su atención y cariño en el peatón. Tal y como ya había previsto el gobierno de Xavier Trias en el anterior mandato municipal, la apertura de esta calle ya no se proyecta como una actuación para descongestionar el tráfico de la plaza Espanya sino para crear un vial para los vecinos y sin apenas tráfico motorizado, lo que ahora se denomina un “vial cívico”.
El proyecto municipal prevé reordenar el espacio para mejorar la conectividad del barrio y facilitar la accesibilidad a un nuevo equipamiento previsto en este ámbito. La circulación de coches se reducirá a los servicios y a los edificios de este tramo. La sección de este fragmento terminal de la calle Diputació tendrá dos niveles. El lado este se configurará con una acera de siete metros de ancho y el resto constituirá una semi-plataforma única. En el tramo central (de 5,5 metros) se concentrará el espacio de tráfico, apto únicamente para vecinos, vehículos de servicio y bicicletas.
Antes se concebía como una obra para aliviar el tráfico de plaza Espanya; ahora, como un “vial cívico”