El Papa Francisco reordena la vida contemplativa
‘Vultum Dei quaerere’ sustituye a ‘Sponsa Christi’ de 1950
El pasado mes de julio, el papa Francisco publicó la Constitución apostólica Vultum Dei quaerere (La búsqueda del rostro de Dios), que regula la vida contemplativa femenina. Sustituye a la precedente, Sponsa Christi, de Pío XII, publicada hace 66 años. Con este documento magisterial, el Papa quiere exhortar a la vida consagrada contemplativa a vivir los elementos esenciales de esta forma de vida y a su vez establecer orientaciones importantes sobre la selección vocacional de candidatas y sobre la formación inicial y permanente de las monjas de clausura.
La necesidad de una nueva regulación se debe –argumenta Francisco– “al rápido avance de la historia humana, con la que es oportuno entablar un diálogo que salvaguarde siempre los valores fundamentales sobre los que se funda la vida contemplativa”. El documento recoge el reconocimiento del Papa a las monjas contemplativas que se dedican al silencio y la oración: “La Iglesia os necesita como faros que iluminan el camino de los hombres y de las mujeres de nuestro tiempo”, o bien “¡Cuánto gozo y profecía grita al mundo el silencio de los claustros!”. El Papa admite que “no es fácil que este mundo, por lo menos aquella amplia parte del mismo que obedece a lógicas de poder, de economía y de consumo, entienda vuestra especial vocación y vuestra misión escondida, y sin embargo la necesita inmensamente”.
La constitución propone doce temas de la vida consagrada en general y, en particular, de la tradición monástica: formación, oración, palabra de Dios, eucaristía y reconciliación, vida fraterna en comunidad, autonomía, federaciones, clausura, trabajo, silencio, medios de comunicación y ascesis. Así, recomienda a las monjas formación inicial y continua dentro o fuera de los conventos. El documento dedica espacio a la preocupación de la supervivencia de los conventos y de los casi 3.600 monasterios femeninos que hay en el mundo, de los que 819 se encuentran en España, la mayoría, de clausura.
Recuerda que “a la autonomía jurídica ha de corresponder una real autonomía de vida, lo cual significa: un número aunque mínimo de hermanas, siempre que la mayoría no sea de avanzada edad”. Sin embargo, advierte contra ciertas prácticas que se han conocido. “Hay que evitar en modo absoluto el reclutamiento de candidatas de otros países con el único fin de salvaguardar la supervivencia del monasterio”.
En España, la edad media de las monjas dedicadas a la contemplación ronda los 75 años y las novicias son en su mayoría extranjeras. El secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada, el español José Rodríguez Carballo, afirmó el día de la presentación de este documento que “esta es una preocupación que el Papa ya ha expresado públicamente denunciando el ‘tráfico de monjas’ y, aunque esto no supone cerrar las puertas a las vocaciones de otros países, no se pueden traer novicias para mantener los muros de un convento”, concluyó.
En el texto se demanda que cuando un convento esté en peligro de supervivencia, pidan ayuda para constituir una comisión que estudie el proceso de “acompañamiento para revitalizar el monasterio o para encaminarlo hacia el cierre”.
Asimismo, el Papa también reclama que todos los monasterios estén integrados en una federación, configurada no necesariamente con criterios geográficos, sino constituida por “afinidades de espíritu y tradiciones”.
En España, la edad media de las monjas ronda los 75 años y las novicias son, en su mayoría, extranjeras