La hora de la belleza sin retoques
Lindbergh reúne a algunas de las actrices más poderosas en el célebre almanaque
Penélope Cruz volverá al calendario Pirelli, esta vez bajo el objetivo del fotógrafo polaco Peter Lindbergh. La actriz madrileña ya posó en el 2007 para los holandeses Inez van Lamsweerde y Vinooh Matadin con una sensual estética de la que ahora está apartada la línea editorial de la publicación, de exclusiva edición y que no se pone a la venta. Entre sábanas, Cruz recortaba un discreto desnudo, del mismo modo que en otras páginas lo hacía la propia Sophia Loren.
Con un discreto minishort y una camiseta, despeinada y descalza, Penélope posó en un estudio de Nueva York, el mismo escenario que ha utilizado Lindbergh para Julianne Moore, Uma Thurman, Rooney Mara, Jessica Chastain y Lupita Nyong’o, mientras que a Kate Winslet, Lea Seydoux, Charlotte Rampling y Helen Mirren las ha fotografiado en Londres, a Nicole Kidman y Zhang Ziyi en Los Angeles, a Alicia Vikander en Berlín, y a Anastasia Ignatova, profesora de Ciencias Políticas en la Universidad Estatal de Moscú, y la única que no pertenece al séptimo arte, la ha inmortalizado en Le Touquet, la playa de París al norte de la capital francesa. Ellas son las invitadas Pirelli del 2017.
En Nueva York utilizó el Spring Studios de Tribeca, aunque a Robin Wright la llevó hasta Times Square para lograr lo que él cree es su mejor imagen. “Creí que era una locura, ella estaba asustada, con la gente y todo eso. pero cuando vi el resultado comprendí haber hecho un producto increíble. Imágenes intensas fuera de normas que explican la filosofía del calendario Pirelli (conocido como the Call), y que trata de comunicar la belleza sin necesidad de desnudar a la mujer. Ni retocarla”.
Lindbergh está más por el talento que por la belleza, quizá
El fotógrafo comunica la belleza de Wright, Kidman o Winslet sin necesidad de retoques ni desnudos
porque el suyo lo descubrió muy tarde. No fue un niño prodigio que a los ocho años jugara con rollos de fotografía. De hecho, desempeñó varios oficios, entre ellos el de diseñador de ventanas en Suiza. A los 27 años empezó a trabajar como ayudante de fotógrafo, e hizo suya Berlín como ciudad de referencia, la que le abrió los ojos. La que le enseñó museos y galerías, donde comprendió las violentas pinceladas de Van Gogh.
La percepción de la belleza realista ha presidido siempre su carrera , y asegura que ha utilizado la oportunidad que le brinda the Call para combatir la perfección comercial que le molesta. “Porque el riesgo es que la gente empiece a valorar que la belleza lo es sólo cuando está retocada”.
La edición para el 2017 se presentará en una fiesta en París el 29 de noviembre y señalará también un récord, porque, después del calendario de 1996 y el del 2001, es la tercera vez que Lindbergh le pone su rúbrica, modificando las normas de la firma que por una cuestión de creatividad impide que un autor no pueda repetir más de dos veces: “Me basta y satisface saber que les he modificado el punto de vista”.
El maestro de la imagen, nacido en Polonia y criado en Alemania, no tiene esta vez a ninguna actriz italiana, aunque “de tener que elegir una hubiera sido Monica Bellucci, pero no hemos seguido ningún tipo de criterio selectivo, de raza, edad o nacionalidad”. Pero lamenta no haber fotografiado a Meryl Streep, cuya intensidad le apasiona. “Me hubiera gustado tenerla en el cast, haber tenido más intimidad, es el mejor ejemplo de belleza flexible”. En cuanto al cuerpo, Lindbergh lo tiene claro: “¿Tenemos necesidad todavía del desnudo? No recuerdo haber mirado las piernas de una modelo, porque me interesa más todo lo que puedo extraer de ella”.