Los ataques de osos en Aran alarman a los vecinos
El miedo entre los vecinos también aumenta al dispararse los avistamientos de ejemplares muy cerca de núcleos urbanos
El despertar de los osos de esta primavera en el Pirineo está quitando el sueño a más de un vecino en Val d’Aran y el Pallars Sobirà, y también a algún que otro técnico encargado del seguimiento de esos animales y a responsables del programa de reintroducción de esta especie en esas montañas. ¿El motivo? El inusual comportamiento y actividad de algunos de los plantígrados desde su salida de las cuevas, acabado el sueño de invierno.
Lo que más preocupa en estos momentos es la voracidad de Goitat, el joven ejemplar esloveno liberado en el Sobirà la pasada primavera para acabar con el monopolio sexual del viejo Pyros. Goiat es autor de diversos ataques a ganado registrados en Aran los últimos dos meses, según admite el Departament de Agricultura. La suya ha sido una conducta agresiva nunca vista en un mismo ejemplar desde que se inició, hace ya dos décadas, el programa de reintroducción del oso en el Pirineo catalán.
A Goiat se le achaca la muerte de una docena de ovejas, así como el ataque a dos yeguas, un potro y un poni y la destrucción de dos colmenas de abejas. Entre los últimos incidentes destacan el que se produjo la noche del día 10 al 11 de junio en Salient (Mig Aran), cuando persiguió una yegua por los prados hasta matarla. Goiat se alimentó durante tres noches del cadáver de la yegua según pudo saberse a partir de la información recibida por el GPS que lleva adosado a su collar. Un “festín” en el que se cree estuvo acompañado por una hembra. Con anterioridad, el 2 de mayo, atacó a un potro en Vilamòs y a otra yegua en Varradós, el 30 del mismo mes.
A la inquietud surgida por la voracidad de Goiat se suma ahora otra realidad que empieza a generar miedos y protestas. En las últimas semanas se han multiplicado los avistamientos de ejemplares en zonas muy cercanas a los núcleos urbanos. Se han visto osos en el aparcamiento del balneario de Les, en la carretera de la Bonaigua, en los accesos de Arties, en prados cercanos a Esterri d’Àneu... Y eso, a tenor de muchos comentarios, no es normal, o al menos nunca se había informado en Aran de tantas observaciones en un margen de tiempo tan corto.
El descaro de esos osos, a los que cada día parece asustar menos la presencia humana, está por lo tanto generarando una sensación de miedo entre los vecinos de esa comarca, a pesar de saber que en los últimos veinte años sólo se ha producido en los Pirineos un ataque a un humano (la víctima fue un cazador de Les) protagonizado por la osa Hvala. Desde el sector turístico se teme que ese descaro de los osos con los humanos pueda ahuyentar este verano a los visitantes. Una cosa es saber que el oso habita en esos parajes (hasta ahora los avistamientos inesperados eran contados) y otra muy diferente pensar, cuando se camina por esas montañas, que uno de esos animales puede aparecer en cualquier lugar y momento.
Toda esta preocupación ha sido ya trasladada al Govern catalán por las autoridades del Conselh Generau d’Aran. Se augura un verano movido. En el caso de Goiat se plantea aplicar los protocolos establecidos para los casos de una agresividad inusual del oso. En estos primeros encuentros técnicos se ha acordado incrementar el seguimiento de ese ejemplar (el único que lleva en su collar un dispositivo GPS que permite saber en todo momento dónde está) para prevenir nuevos ataques.
El problema con el macho esloveno es que se mueve mucho. Y eso impide centrar la actuación en una zona concreta. Cuando estos animales repiten sus ataques en un mismo punto, el protocolo es muy
claro. Se le espera y se monta un operativo (suelen utilizarse petardos) para asustarlo. Pero esto con Goiat –que hoy puede atacar en el Baish Aran y mañana en el Mig o Naut Aran– no sería efectivo, reconocen los expertos. “Podemos asustarle en una área, pero eso no sería efectivo; no para quieto y siempre se va a correr el riesgo de que ataque en otra zona”, afirman.
Algunos alcaldes araneses piden ya la aplicación de ese protocolo en su grado extremo. Es decir, que se capture a Goiat y lo saquen del Pirineo. El Departament de Territori i Sostenibilitat está valorando la situación antes de tomar medidas y ya ha decidido hacer un seguimiento cuidadoso y estricto del oso aparentemente conflictivo. El Govern se ha comprometido a recopilar toda la actividad de Goiat durante el año que lleva en el Pirineo. Sin olvidar las incursiones del oso
Los ataques a ovejas, dos yeguas, un potro y a un poni registrados en sesenta días alimentan la controversia
en Francia, donde el verano pasado se paseó por el jardín de una casa.
Los grupos ecologistas (Depana, sobre todo) han acusado al sindicato UP de alentar, en ocasiones anteriores, este tipo de protestas injustificadamente y ejercer una presión sin fundamento, movido por el interés de “acceder a unas ayudas que sólo están pensadas por los perjuicios reales y no por casos que ya se sabe que en general son más que dudosos”.