CUADERNO BARCELONÉS
“VISCA LA MERDA”
Un año más se han confirmado las previsiones: la escandalosa, provocativa y gamberra conducta de esa masa incívica que alfombra las playas barcelonesas para celebrar el solsticio. Acampan, comen, beben e incluso cocinan; muchos acaban empapados de alcohol y demasiados duermen tal borrachera, que han de ser despertados y expulsados del lugar, incluso por la fuerza. Lo grave no es eso, ni mucho menos. Lo grave es el panorama deprimente que dejan tras de sí. No sólo abandonan una superficie colmada de desperdicios, sino que saben muy bien que a continuación otros conciudadanos van a ir a ese mismo lugar para ejercitar su derecho a bañarse, tumbarse en la arena y disfrutar de una buena entrada del estío; semejante menosprecio es intolerable. Pero aún se agrava al tener que ponerse a trabajar las brigadas de limpieza. Recogieron 17 toneladas de basura y esa limpieza costó cara a las arcas públicas. Son los mismos que ensucian las calles, empuercan las fachadas, orinan donde se les antoja, no reciclan: el civismo no va con ellos. Me viene al recuerdo que el destacado poeta Josep M. López Picó anotaba en su diario, en plena guerra incivil, la inscripción vista en un muro de Gràcia: “Visca la merda!”.