Casamenteros contra la yihad
Vivir en la república rusa de Chechenia y estar divorciado o separado es hoy un motivo de peso para que la policía te convoque a una entrevista en comisaría. Toca escuchar a los delegados de una comisión que intentará convencerte de que lo mejor para tus hijos y para la seguridad del Estado es reconciliarte.
Se trata de una iniciativa que ha puesto en marcha el Gobierno local de Grozni y que lleva funcionando varios meses. Con un poso de
reality show, las autoridades de Chechenia apelan a los valores familiares para que la población se haga cargo de la cruda realidad de una región que en los últimos 20 años vivió dos sangrientas guerras para separarse de Rusia y luego fue semillero de la insurgencia islámica en el Cáucaso.
Según el Gobierno, la iniciativa está dando resultados. Tras dos meses de trabajo, los casamenteros de Grozni lograron reunir a casi un millar de parejas. El programa lleva la firma del líder checheno, Ramzán Kadírov. Este cree que, de cien familias con hijos que se separan, sólo siete u ocho son
normales y crían a sus hijos sin problemas. El resto puede caer en las garras del extremismo.
Al frente de la iniciativa está una institución llamada “Consejo para la armonización del matrimonio de las relaciones familiares”, en la que participan representantes religiosos. Este consejo puede dirigirse a la policía para que hagan una visita a los divorciados y “alentarles” a volver a vivir juntos.
Según explica un portavoz, la comisión convoca a los esposos por separado. “Si el mulá que habla con ellos ve que hay siquiera un 2% de posibilidades de reunirse, entonces se habla con su padres para que ayuden al reencuentro”, ha dicho. Supián Kurbánov, de la Dirección Espiritual musulmana, añade que en muy pocos casos ha sido necesaria la intervención del consejo de ancianos. Algunas esposas han regresado con maridos que se habían vuelto a casar. En ese caso, se convierten en la segunda mujer.
Este verano las autoridades han hecho publicidad del proyecto, con programas en la televisión regional con parejas que han vuelto a vivir bajo un mismo techo. No se trata, sin embargo, de un programa del corazón, pues el objetivo no es restablecer una relación romántica. Simplemente, que convivan como un matrimonio con hijos.
La mayoría de la población en Chechenia es de religión musulmana. Kadírov cree que los hijos de las parejas separadas corren más riesgo de caer bajo la influencia de los movimientos radicales y, con el tiempo, convertirse en soldados del yihadismo. “Si pudieron vivir juntos y tener tres, cuatro o cinco hijos, ¿por qué entonces tienen que separarse después de eso? Si todo fue bien hasta ese momento, ¿por qué no pueden seguir viviendo juntos por la felicidad de sus hijos?, dijo el líder checheno.
En Rusia inquieta la presencia en Siria e Iraq de miles de ciudadanos rusos y de otros países ex soviéticos que han engrosado las filas del Estado Islámico. En febrero Vladímir Putin aseguró que el EI cuenta con 4.000 yihadistas rusos.
El éxito del programa hay que buscarlo en la implicación del todopoderoso Kadírov, el controvertido líder checheno al que oenegés como Memorial han acusado de estar detrás de violaciones de los derechos humanos, algo que él siempre ha negado. “Si te niegas, no sólo vas contra los principios de la religión, también contra la voluntad de Kadírov. Es una forma de presión. Se entiende que entonces te presionarán desde todos los lados, así que hay que aceptar. La cuestión es cuánto tiempo va a durar este matrimonio repetido”, explicó una vecina de Grozni al portal Kavkazski úzel.
Las autoridades de Grozni han subrayado que esta iniciativa es una novedad. Pero algunos expertos señalan que hay precedentes. El historiador Mairbek Bachagáiev recuerda que intentar reunificar a las familias por medio del clero ya se hacía en tiempos de la URSS. Irina Kostérina, coordinadora de los programas sobre género de la Fundación Heinrich Böll Rusia, ha dicho que en Chechenia se lleva a cabo esta práctica desde el 2012.
Chechenia impulsa la reconciliación de divorciados para salvar a los hijos de las garras terroristas Kadírov cree que de cien familias con padres divorciados, “sólo siete u ocho son normales”