La Vanguardia

Otro impasse en la cultura de Barcelona

El equipo de Colau busca un divorcio que no sea traumático

- Informació­n elaborada por: JOSEP PLAYÀ MASET, MARICEL CHAVARRÍA, ESTEBAN LINÉS, IGNACIO OROVIO Y RAMON SUÑÉ

Tras la ruptura del pacto de gobierno en el ayuntamien­to de Barcelona, el hasta ahora teniente de alcalde y responsabl­e del área de Cultura Jaume Collboni lo calificó de “error histórico”. Y la respuesta de la alcaldesa de Barcelona Ada Colau fue: “Tenim la mà trencada”. Era su forma de indicar que están acostumbra­dos a buscar acuerdos con otras formacione­s políticas municipale­s de cara a conseguir una mayoría absoluta en cuestiones puntuales. Aunque la frase podría entenderse también en otro sentido más literal.

Para evitar que esa ruptura suponga un nuevo parón en los proyectos culturales de la ciudad, desde el entorno de Colau se lanza el mensaje de que será un divorcio no traumático. “Esto no es una ruptura, es un cambio de relación”, fue el matiz que introdujo la propia alcaldesa. Hace días que ya se preparaba ese nuevo escenario, convencido­s de que su militancia no iba a validar el pacto con los socialista­s, aunque el resultado final haya sido más ajustado de lo que se esperaba. Las primeras informacio­nes apuntan hacia una pequeña reestructu­ración en la cúpula que podría no afectar al organigram­a ni a los cargos intermedio­s, al menos hasta el 21-D y ante la eventualid­ad de que pudiera alcanzarse algún tipo de acuerdo con otros grupos.

Lo que es seguro es que el área de cultura volverá a depender de uno de los concejales de BComú, probableme­nte Jaume Asens, como ya sucedió durante el primer año del mandato de Colau. Entonces se nombró a Berta Sureda como comisionad­a de Cultura, cargo en el que se mantuvo hasta la llegada de Collboni, quien primero intentó sustituirl­a por Xavier Marcé, pero ante la oposición de los comunes acabó sólo como asesor, un cargo de confianza con los días contados. Collboni escogió a Valentí Oviedo, hasta entonces gerente de L’Auditori, como gerente del Institut de Cultura de Barcelona (Icub) y dejó vacante el comisionad­o de Cultura. Ahora la opción de BComú podría ser la de mantener al gerente pero nombrar un comisionad­o con plenos poderes para liberar de trabajo al concejal responsabl­e del área.

Fuentes municipale­s señalan que en las últimas horas se han producido incluso contactos con Àlex Rigola, recién dimitido de los Teatros del Canal de Madrid, pero este al parecer ha rechazado el puesto. Otro de los nombres que suenan para tener más responsabi­lidades es el de Dani Granados, hasta ahora director del programa Cultura Viva.

En el ambiente cultural la preocupaci­ón se centra en los proyectos que estaban en marcha. Hace escasos días se anunciaba la convocator­ia de la plaza de director para el centro de arte contemporá­neo de Fabra i Coats, un proyecto en el que había trabajado Berta Sureda, antes de fichar por el Gobierno balear el pasado octubre. También debía elegirse director para la Casa de les Lletres, un centro que debía empezar a funcionar en el 2019. Desde el equipo de la alcaldesa se da por hecho que proyectos como el de Barcelona Districte Cultural para llevar la cultura a los barrios o las fábricas de creación seguirán su curso.

En el ámbito cultural la primera reacción fue de escepticis­mo porque se recuerda que desde el 2015 se han sucedido los nombres de Jaume Ciurana, Jaume Asens/Berta Sureda, Jaume Collboni/Xavier Marcé y puede acabarse el 2017 con un nuevo equipo al frente, lo que puede significar una nueva parálisis para ciertos proyectos.

Las primeras opiniones dan un aprobado a la labor desarrolla­da por Collboni, pese a que ha permanecid­o poco más de un año al frente. El gerente de L’Auditori, Jordi Tort, destacó el importante esfuerzo postcrisis realizado por el teniente de alcalde para consolidar la propuesta de actividade­s. “Al Ayuntamien­to lo sentimos muy cercano en el día a día y Barcelona En Comú es un partido con gran vocación cultural y social, de modo que no tengo demasiada inquietud”.

El director del Liceu, Roger Guasch, reconoce que encontraro­n apoyo en Sureda, y que esta labor se consolidó con el concejal Jaume Collboni, pero están también convencido­s de que la colaboraci­ón seguirá con el nuevo equipo porque “el Liceu, como referente cultural internacio­nal y un elemento clave de la historia de la ciudad, es una institució­n que ha de seguir alimentand­o la sociedad y ello no sería posible sin el Ayuntamien­to”.

Martín Pérez, presidente de

NUEVOS CARGOS

Asens puede asumir la concejalía de Cultura y se nombrará un comisionad­o del área

PRIMEROS FICHAJES

BComú tantea a Àlex Rigola como nuevo comisionad­o de Cultura pero este lo rechaza

Concert Studio y responsabl­e de los festivales Jardins de Pedralbes y Mil·lenni, pide que “la persona que se encargue de los asuntos culturales del Ayuntamien­to sea alguien que entienda de cultura en Barcelona, e insisto de lo de en Barcelona. Lo que pedimos no es que sea muy culta, sino que entienda lo que sucede en el sector y que sepa lo que hay que hacer”. En su opinión “ahora había una gente que conocía el tema cultural, estemos o no estemos de acuerdo con su política” y considera que los nuevos responsabl­es se han de guiar por dos prioridade­s, la calidad y el prestigio, y no por la bandera, “en otras palabras, habría que evitar meter a alguien muy local con una visión muy local”. Lluís Cabrera, presidente de la Fundació Taller de Músics, es más crítico y cree que “durante todo este mandato no se ha entrado a fondo en un tema clave: el diferente trato dado al pequeño formato privado, el Harlem, por ejemplo, y a los grandes contenedor­es de cultura, el Liceu por ejemplo, cuando además todos son públicos”. Tito Ramoneda, presidente de la promotora The Project, programado­ra de los festivales de Jazz de Barcelona, Guitar BCN o De Cajón!, dice querer creer que esta ruptura “ha sido debida a razones que no tienen que ver con la gestión de Collboni”. Y añade: “Creo que estos últimos meses ha hecho cosas beneficios­as para el sector de la cultura y en concreto el de la música, y confío en que la línea marcada siga adelante”. En cualquier caso, afirma que los nuevos responsabl­es han de tener en cuenta “la participac­ión de la iniciativa privada”.

Juli Guiu, responsabl­e de los festivales Room –que se celebra en el Razzmatazz– y Suite –en el Gran Teatre del Liceu–, reconoce que Collboni “hizo lo que tenía que hacer desde el primer momento: sentarse con el sector, escucharlo con atención y actuar en consecuenc­ia”.

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DAVID AIROB Borsí. El edificio del Borsí, en el que se planificó la biblioteca Andreu Nin, es uno de los proyectos que quedan en el aire tras la ruptura del pacto entre el equipo de gobierno de Ada Colau y sus hasta ahora socios del Partit dels Socialiste­s

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