Propuesta formativa
La UPF convierte su escuela de negocios en un centro en constante innovación
La escuela de negocios BSM, vinculada a la Universitat Pompeu Fabra, propone una oferta formativa transversal y humanista para afrontar los actuales retos profesionales.
La escuela de negocios BSM, entidad de la órbita de la Universitat Pompeu Fabra (UPF), estrenó esta semana un nuevo logo creado por el artista Frederic Amat. La nueva imagen quiere simbolizar el cambio permanente y constatar la voluntad del centro de repensar cómo va conformándose el futuro de modo que pueda ofrecer las mejores condiciones de aprendizaje. De eso va la innovación pedagógica, frecuente en centros escolares, pero escasa en la educación no obligatoria. En este sentido la BSM, escuela de másteres y posgrados, se ofrece a la UPF como un campo de pruebas a la innovación con una transversalidad profundamente humanista y la convicción de que el profesional debe comprender el mundo contemporáneo.
“Queremos que se visualice el proyecto de transformación de la escuela y se ponga en valor el espíritu innovador, multidisciplinar y el carácter humanista”, señaló el martes el nuevo decano de la BSM, el economista Oriol Amat, en la jornada de la presentación, en la que estuvo el rector de la UPF Jaume Casals y el artista visual Fredric Amat, además de otros profesionales invitados al debate.
Las claves del cambio, que ya se inició en el año 2015, son la formación mediante la experiencia y los proyectos; el acompañamiento personalizado del alumno; y la conjunción de diferentes disciplinas con el ánimo de fusionar el arte, la cultura y las humanidades con la gestión y la economía. El rector de la UPF señaló que para la institución es innegable el valor de la cultura y las artes en la profesionalización de un directivo, de un abogado, de un economista... al tiempo que un creador o artista necesita manejarse en el mundo de los números para desarrollar y gestionar sus proyectos.
En el BSM confluyen ambos perfiles de profesionales y trabajan en equipo. Ofrece 27 formaciones de máster y posgrados que tocan la rama pura de economía (el clásico MBA, marketing, mercados financieros, etcétera) y el ámbito de la de cultura (máster en edición, dirección de comunicación, creación de videojuegos, montaje audiovisual, etcétera). “Uno de los valores del BSM es la capacidad de exaltar la diferencia pero sintiéndose integrados en una misma comunidad”, afirmó Jordi Balló, profesor de comunicación audiovisual.
De este modo, la experiencia cuenta desde que el alumno pisa el edificio del BSM y debe plantear la creación de un proyecto propio para el que necesitará adquirir los conocimientos que irá recibiendo de los profesores. Según se explicó, la formación no está diseñada como un programa de contenidos sino como una experiencia vital y profesional, con margen para la equivocación. Amat hizo un elogio al riesgo, a la deriva: “Este es un lugar de aprendizaje, de equivocación, porque nunca se tiene la razón, porque de la equivocación se aprende”.
Cualquier estudiante aborda cuatro competencias clave que se han identificado como esenciales: la gestión basada en evidencias, la narrativa (de uno mismo, de un proyecto, de la corporación), ética y sostenibilidad,a sí como gestión de proyectos.
El rector Casals destacó la importancia de la influencia de la cultura y el arte en directivos y abogados