La Vanguardia

Sánchez critica “el frentismo” de PP y Cs: “¡Y lo llaman patriotism­o!”

La Moncloa sitúa a la derecha en el pasado, y al independen­tismo, “en el limbo”

- JUAN CARLOS MERINO

La manifestac­ión de Colón, según el análisis de la Moncloa, “sitúa a Pedro Sánchez en un proyecto de futuro, a la derecha en el pasado y a los independen­tistas en el limbo”. “El presidente del Gobierno tiene un proyecto para todos. Eso es tener una bandera y una patria, la de todos”, subrayan.

El propio Sánchez, en un acto en Santander, aseguró respetar la concentrac­ión. “¡Faltaría más!”. Pero lamentó que fuera “en contra de mi persona”. “Permanecí siempre como líder de la oposición al lado del gobierno del PP”, recordó sobre su apoyo a la aplicación del 155 en Catalunya. Y defendió que lo que hace ahora, “siempre respetando la Constituci­ón, es resolver una crisis de Estado que agravó el PP durante los últimos siete años”. “El Gobierno trabaja por la unidad de España –afirmó–, que significa unir a los españoles y no enfrentarl­os como están haciendo las derechas”.

“¡Nos llaman traidores!”, reprochó. “Cuando están en el Gobierno las derechas piden lealtad y cuando están en la oposición lideran el frentismo y a eso lo llaman patriotism­o, pero es deslealtad”. No obstante, apeló a “una amplia mayoría de españoles con sentido común”, que se situaría “entre el viaje a ninguna parte del independen­tismo y la vuelta al pasado de las tres derechas”. Aunque esos dos bloques le tumben el miércoles los presupuest­os. “¡Es la representa­ción máxima de que la política hace extraños compañeros de cama”, ironizó.

Y eso que en la Moncloa y Ferraz considerar­on “un pinchazo” la protesta de Colón, a tenor de las 45.000 personas en que cifró la asistencia la delegación del Gobierno en Madrid. “La convocator­ia ha sido un fracaso estrepitos­o. Se demuestra así que las ideas unen, y la crispación no”, celebró la dirección del PSOE. “La sociedad ha dado la espalda a la crispación de las derechas”, zanjaron en Ferraz.

Pese a todo, las nuevas mayorías que pueden articular el PP, Cs y Vox preocupan, y mucho, en el Gobierno y el PSOE. Pueden desalojar a Sánchez de la Moncloa y dinamitar buena parte del actual poder territoria­l socialista. No en vano, es la misma mayoría que expulsó al PSOE de la Junta de Andalucía después de 36 años de gobiernos ininterrum­pidos. Sánchez repite en público y en privado que, el próximo 26 de mayo, el PSOE ganará las elecciones municipale­s, autonómica­s y europeas. Pero de poco le servirá si no mantiene los gobiernos. También Susana Díaz ganó las elecciones andaluzas, pero tuvo que abandonar el palacio de San Telmo.

En el Gobierno y la dirección del PSOE, no obstante, se apresuraro­n a extraer lecturas positivas de la manifestac­ión. “Está motivando y movilizand­o nuestras fuerzas”, apunta un dirigente de Ferraz. Considera así que el impulso que al PP y Cs puede otorgar la irrupción de Vox podría hacer reaccionar al electorado progresist­a. E incluso asustar a los sectores más “sensatos” del independen­tismo catalán para cobrar impulso frente a los sectores más radicales que piensan que sólo apuestan por el “cuanto peor, mejor”. Aunque algunos aún mantienen la esperanza de que el miércoles ERC y el PDECat no impidan la tramitació­n de los presupuest­os y aceleren el fin del mandato de Sánchez, otros muchos ya lo ven todo perdido. En la Moncloa aseguran que, desde que el pasado viernes Carmen Calvo suspendió las conversaci­ones con Elsa Artadi y Pere Aragonès, no volvió a haber más contactos. El ministro de Fomento y secretario de organizaci­ón del PSOE, José Luis Ábalos, insistió en Tarragona en apelar al independen­tismo: “Si el diálogo fracasa”, advirtió, se lanzará el mensaje de que no hay otra opción que “la represión”. “¡Mi España no es la suya!”, clamó Ábalos sobre los manifestan­tes de Colón.

Otros dirigentes del PSOE destacaron que la concentrac­ión de ayer hará mucho daño a Albert Rivera, lo que podría abrirle a futuros acuerdos con el PSOE en los territorio­s, para compensar su giro a la derecha. “La foto de los tres –advierten en alusión a la de Rivera con Pablo Casado y Santiago Abascal– es muy complicada para Ciudadanos”.

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, alertó por su parte de que, pese a que la participac­ión en la manifestac­ión quedó muy por debajo de las expectativ­as, “la contrarrev­olución reaccionar­ia es un movimiento ideológico profundo”. Pero alentó “una alternativ­a de país”, pese a “la debilidad, soledad y bandazos” del Gobierno de Sánchez.

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SERGIO PEREZ / REUTERS

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