La Vanguardia

La corrupción del PP, en 13 piezas

La sentencia del Tribunal Supremo sobre el caso Gürtel, conocida esta semana, es solo una parte del rompecabez­as

- CARLOTA GUINDAL

La sentencia del Tribunal Supremo (TS) dictada esta semana por el caso Gürtel es solo una de la quincena de piezas abiertas a raíz de la investigac­ión por la mayor trama de corrupción en España, vinculada al Partido Popular. Desde que en el 2009 saltó el escándalo, el Alto Tribunal ha confirmado dos sentencias; hay dictadas otras tres por parte de la Audiencia Nacional pendientes del recurso de casación; otra de las piezas está a la espera de sentencia, y todavía quedan seis juicios pendientes. Y a esto se añade la nueva investigac­ión por un intento de robo de documentos a Luis Bárcenas, la conocida como operación Kitchen. En total son 13 piezas que afectan de lleno al PP. Y esto sin contar con otras causas de corrupción coetáneas o contemporá­neas como son el caso Púnica y caso Lezo, ambas por la corrupción madrileña vinculada a este mismo partido, o el caso Erial, que afecta al expresiden­te valenciano Eduardo Zaplana, además de varias condenas al expresiden­te de Baleares Jaume Matas.

Lo que diferencia­ba a la pieza recién sentenciad­a por el Supremo del resto de Gürtel es uno de sus acusados. Se trata de Bárcenas, quien durante décadas había gestionado los fondos del partido. Cuando el juez Baltasar Garzón inició la investigac­ión junto con la unidad de delincuenc­ia económica y fiscal de la Policía (UDEF) y la Fiscalía Anticorrup­ción, desconocía­n el alcance de la trama. Un edil de un pueblo madrileño, José Luis Peñas, había grabado, entre diciembre del 2005 y mayo del 2007, al empresario Francisco Correa y otros de sus acólitos.

JOSÉ LUIS PEÑAS Un año y medio de grabacione­s que destaparon la trama

Aquel concejal de Majadahond­a había formado parte de aquel grupo hasta que decidió denunciarl­o en noviembre del 2007. Pero antes grabó todas las conversaci­ones con un dispositiv­o en su chaqueta durante un año y medio. Correa confesaba cómo pagaba a alcaldes a cambio de adjudicaci­ones, contaba sus relaciones con los máximos representa­ntes de Madrid y Valencia, ambos del PP, y alardeaba de cómo lo recibían como uno más en la sede central del partido en la calle Génova. En una de las últimas grabacione­s, Correa afirmó: “Yo a Bárcenas le he llevado más de 1.000 millones de pesetas”.

Después de aquello, acudió a la Policía y entregó todas las cintas acumuladas. Trece años después, el Supremo le ha hecho pagar por haber formado parte de aquella trama. Cuatro años y nueve meses de cárcel que deberá cumplir si no logra ser indultado porque, sin aquella denuncia, probableme­nte hoy no se habría destapado la financiaci­ón ilegal instaurada en uno de los principale­s partidos españoles. Como dice el TS, “un auténtico y eficaz sistema de corrupción a través de influyente­s militantes del PP”.

LUIS BÁRCENAS Una bomba de relojería que le estalló a Mariano Rajoy

Cuando el caso estalló en febrero del 2009 era imposible conocer el alcance de la investigac­ión. De hecho, los principale­s imputados lograron sentar a Garzón en el banquillo de los acusados por ordenar intervenir conversaci­ones con sus abogados desde la cárcel vulnerando su derecho de defensa. Garzón fue condenado por el TS e inlos habilitado. El asunto recayó en manos de varios jueces hasta que llegó al titular del juzgado central de instrucció­n número 5 de la Audiencia Nacional, Pablo Ruz, que le dio un impulso a la causa. Rajoy, que ya presidía el PP tras la salida de Aznar en el 2004, llegó a creer que el asunto estaba amortizado, hasta que en enero del 2013 Suiza dio el campanazo al enviar a Ruz las cuentas que escondía el tesorero del PP en su país. Había llegado a acumular 48 millones de euros.

El PP no pudo seguir protegiend­o a Bárcenas, le echó del partido y las consecuenc­ias vinieron pronto con la filtración de toda la caja B del PP, los apuntes de cómo el partido se había nutrido de donaciones de empresario­s sin declarar al Tribunal de Cuentas y cómo diversos dirigentes de la formación habían cobrado sobresueld­os. De ahí salió una nueva investigac­ión, la pieza conocida como papeles de Bárcenas, un juicio que arrancará en febrero y pondrá negro sobre blanco todas las finanzas del partido que ahora dirige Pablo Casado. Incluso se ha abierto una nueva investigac­ión ante nuevas sospechas de que empresario­s pagaron al PP a cambio de adjudicaci­ones y que instruye actualment­e el juez de la Audiencia José de la Mata.

Pero además, se acaba de descubrir que el gobierno de Rajoy organizó una operación “parapolici­al” para robar a Bárcenas toda esa documentac­ión, cuando ya se había convertido en un traidor. Es la conocida como operación Kitchen, que se encuentra en fase de instrucció­n. Se investiga si desde el Ministerio del Interior se encargó al excomisari­o José Manuel Villarejo, entre otros, captar al chófer de Bárcenas para robar documentac­ión sensible e incluso el pago a un delincuent­e común para que, disfrazado de cura, asaltara el domicilio. Y todo ello supuestame­nte pagado con fondos reservados.

LAS OTRAS CAUSAS Fitur, la visita del Papa, Aena y Jerez de la Frontera

Gürtel destapó la corrupción madrileña, pero también la valenciana. De la investigac­ión se conoció vínculos de la trama con el entonces presidente Francisco Camps, además de con varios consejeros madrileños de Esperanza Aguirre. De la trama valenciana, el Supremo ya confirmó una condena por los amaños en la feria de turismo Fitur, y la Audiencia Nacional ya ha condenado la rama valenciana por delitos electorale­s en las municipale­s del 2007 y las generales del 2008.

La justicia certificó que el PP valenciano, con Ricardo Costa como secretario general, se benefició de la red de Correa. Pero además, está pendiente que la Audiencia Nacional dicte la sentencia por la pieza en la que se enjuició la supuesta adjudicaci­ón irregular de un contrato de más de siete millones de euros por un montaje de pantallas y sonido para la visita del Papa a Valencia en el 2006. Y a esto se añade que Camps, que logró ser absuelto hace siete años por recibir unos trajes del grupo de Correa, está pendiente de un nuevo juicio, por el que se enfrenta a dos años y medio de prisión, por favorecer a una sociedad del empresario, Orange Market, en el 2009.

La Audiencia Nacional también ha condenado a la trama por recibir contratos amañados de Aena entre los años 2000 y 2002 y en otra por lograr la adjudicaci­ón de tres contratos por parte del Ayuntamien­to de Jerez para Fitur 2004. Además, queda pendiente de juicio la pieza principal del caso Gürtel, conocida como Época II, además de la pieza por las ilicitudes en el Ayuntamien­to madrileño de Boadilla del Monte, en la época de Arturo González Panero como alcalde, y una última por hechos similares en la madrileña Arganda del Rey. Por todo ello, Correa lleva acumulados 79 años de prisión, aunque pronto podría ascender a 115 años sin contar con los juicios pendientes.

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JUAN CARLOS CÁRDENAS / EFE / ARCHIVO El empresario Francisco Correa, cerebro de la trama Gürtel

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