En vacaciones, leer el periódico
No basta trabajar solo con la noticia como si fuera un recorte de la actualidad
Acabamos de celebrar la Semana de la Prensa en la Escuela (7-11 de marzo) y su mismo título nos recuerda que no basta el trabajar solo con la noticia en clase como si fuera una manzana solitaria olvidando el manzano que la crió.
Dicho de otro modo, a la escuela debe llegar el árbol entero y, visto su conjunto, decidirse por el fruto maduro que más nos apetece, que es posible para nuestros limitados dientes y digerible para nuestras entrañas sapienciales.
Hace unos pocos días, el 8 del presente marzo, La Voz de Galicia publicaba un amplio estudio sobre la utilización del móvil en el aula como fuente rápida de contactos. Nada que oponer si se cumplen las cauciones que allí se indican como herramienta didáctica y no distractiva.
Pero la noticia así, viudita, recorte privativo en directo, estrictamente sola sin páginas ni ayuda de acompañantes y en medio de otras tantas noticias de aquí y allá que le sirvan de ilustración y causal sentido, una noticia así perdió la tribu y el tono comunitario que las pobladas páginas del periódico le daban.
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Perder los papeles. Dícese del que pierde el dominio de sí mismo. La noticia allí estaba, en su hábitat, en letra de casita menuda o grandota como título de entrada de palacio o de periódico, que es su verdadera casa. Y ahora, incluso con unas sanguinarias tijeras, se la recorta y deja en sus páginas de cobijo un agujero jamás rellenable. El periódico, por supuesto, a la papelera. Pobre noticia.
Algo así como una extracción molar o un pellizco de carne humana para ser examinada en el laboratorio a ver de qué pie cojea o qué enfermedad lleva consigo. Llega al pupitre, perdida su identidad social.
Perder los papeles es algo que se dice de las personas de acción incontrolada; pero, hablando de la noticias, se convierte un poco en un sin papeles que no se sabe muy bien de dónde viene y a dónde va.
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El futuro aséptico. Por supuesto, no hay nada en contra de los periódicos que se deciden por una edición digital y que, por razones económicas y de extensión más fácil del producto, se prefiere servir acontecimientos al impulso rápido y joven de un botón o de un arrastre en la nube; pero la noticia, la letra en que va, la página en la que se compone, las otras noticias de las que se rodea, la publicidad que la enmarca, la sección de siempre en la que se encuentra, la opinión accesible con la que se comenta, la repetición y comentarios que produce, el gráfico que la visualiza, el paso solemne o loco de las páginas a ver dónde se esconde, no tiene comparación con nada. 3 El periódico es una obra de arte. Efectivamente, el periódico es una obra de arte en comunicación. Un producto del pensamiento del equipo productor, un barrio enxebre de la noticia, una invitación a comentarios con los que están a tu lado, una forma de compartir lo que estás leyendo con el mira, mira qué pone aquí. ¿Cómo podrán hacerlo los alumnos con una pantallita de nada que te cabe en el bolsillo?
Lo sabemos: tal vez toda esta batallita está medio perdida, pero suena algo así como la nouvelle cuisine, selectiva. De momento, sea bienvenido a la escuela el periódico entero, que del móvil nadie privará a los chavales. Es su momento, sin duda, y lo harán muy bien. Pero, tal vez, con el tiempo, volverán de vez en cuando, como una fiesta, al pote tradicional y variado donde hay mucho donde escoger, como en el periódico. ¡Y felices vacaciones!
El centro para adultos de Albeiros celebró la Semana de la Prensa en la Escuela con una exposición de periódicos de todo el mundo