Un día para gritar
Esta es la primera sección de la revista que leo cada domingo. Disfruto de las opiniones y discrepancias de gente que, como yo, expresa su forma de ver la vida y la defiende contra viento y marea. Mujeres que opinan que la marcha del 8M es «cursi», y hombres que consideran que no sirve para mucho, pues, y cito: «Aquí debe comenzar el trabajo, en silencio y de puertas adentro». Déjenme que les diga algo: esas mujeres a las que ven «cayendo en los mismos errores que el machismo» son las que hace años lograron que hoy podamos ser médicas o juezas, votar y vivir libres. No ha sido el que, de puertas para adentro, han cambiado sus hábitos, que también. Todas las mujeres que defendemos el feminismo dedicamos todos los días del año a hacerlo. Pero son las quejas, los gritos y las huelgas las que nos dan voz. Hace menos de cien años las mujeres no podíamos votar. No teníamos voz. Así que disculpen si queremos dedicar un día para gritar. Para seguir luchando: nuestra guerra no ha acabado. AINARA PREGO GARRIDO. LA CORUÑA