«La vida es más que exámenes»

A través del proyecto Academy, busca que los más pequeños «se desarrollen como personas»

Desde el pasado mes de abril, José Juan García Couce (Ferrol, 30 años) lidera en Espacio Vivo el proyecto Academy, en el que además de ayudar en los deberes y la preparación de exámenes, prevalecen las destrezas para su desarrollo integral. «Dale un pez a un hombre y comerá un día, enséñale a pescar y comerá para siempre», expresa para resumir s0u labor, al ofrecer herramientas para que los pequeños «se desarrollen como personas» y, a partir de ahí, los demás ámbitos, como el académico, sean más sencillos. En Espacio Vivo, un centro multidisciplinar, respaldan el proyecto psicólogos, educadores sociales o profesores, que también tienen sus propias actividades en el amplio local de la calle de la Tierra.

—¿En qué se basa Academy?

—Ofrecemos una academia que se adapta a cómo ha evolucionado la sociedad y la educación. Los niños vienen a disfrutar, porque es algo completa- mente diferente a la vida educativa y no se colapsan. Queremos guiar el desarrollo de personas autónomas dándoles voz y participación en el aula. Al contrario de lo que ocurre en el colegio, los tratamos de forma individual, porque cada uno aprende de forma diferente. Los hacemos conscientes de que pueden resolver cualquier problema

—¿De dónde partió la idea?

—Es que el sistema educativo actual sigue anclado en un ambiente resultadista. Nosotros creemos que la vida va más allá de superar exámenes y las necesidades no están siendo atendidas. Entonces, desarrollamos un proyecto basado en el respeto, la creatividad, la curiosidad, la imaginación, la empatía...

—¿Está orientado para los llamados malos alumnos?

—No. No solo vamos encaminados a los alumnos que están suspendiendo, sino también los que están por debajo del rendimiento que puede llegar.

—¿Qué espacios tratan?

—Motivación, inteligencia emocional, concentración y aten- ción, creatividad (ingenio), técnicas de estudio, comunicación, orientación académica y buen uso de las nuevas tecnologías. Estos espacios inciden sobre el refuerzo educativo, pero nosotros vamos más allá de eso, porque los niños necesitan desarrollar su propia base para crecer académicamente.

—¿Y hablan con los padres?

—Claro, tenemos una comunicación constante con las familias. Para ello disponemos de un espacio familiar donde estrechamos esos lazos y poder remar todos en la misma dirección. Apoyarlos en la comunicación con los hijos, por ejemplo, es fundamental.

—¿Qué dificultades encuentran en los alumnos?

—La primera, la falta de motivación. Existe una ausencia muy grande de estímulos y se está perdiendo en parte la cultura del esfuerzo. Los alumnos tienen que marcarse objetivos personales, porque muchas veces no saben, por ejemplo, por qué tienen que aprobar. Fijarse una meta es imprescindible para llegar a ella y un plan de estudio es el vehículo necesario para conseguirla.

—¿Y los otros problemas?

—La falta de organización. En el estudio, pero también en el día a día. Asimismo, están los problemas de adaptación: cambios en los colegio, en el contexto familiar... Muchas veces eso repercute en su rendimiento. Por último, están la falta de autoestima, la baja comprensión lectora o las nuevas tecnologías.

—¿En qué afectan esas nuevas tecnologías?

—Muchas veces los niños tienen carencias sociales muy grandes. Por eso, intentamos dar unas pautas de un buen uso de ellas y sacar rendimiento, además de poner límites.

FOTO JOSÉ PARDO García Couce, en una clase de Espacio Vivo