EL TRISTE FINAL DE UNA VIDA LLENA DE EXCESOS
Casi no se le ve la cara en la foto, pero nos gustaba la ternura del gesto. Además, seguro que le recuerdan. Era uno de los pandilleros de Rebelde sin causa, el motorista que viajaba cargado de drogas en Easy Rider o el siniestro psicópata de Blue velvet. Tres papeles que marcaron su carrera y retratan la personalidad de Dennis Hopper: violento, excesivo y capaz de engancharse a cualquier sustancia. Cuentan que llegó a consumir tres gramos de cocaína, 30 cervezas y más de dos litros de ron al día. Le gustaba llevar siempre cuchillo y pistola. Tampoco conocía límites en el sexo. Eran los años 60, tiempo de experimentación y orgías, pero es que él hasta intentó llevarse a la cama a dos monjas y Michelle Phillips, su segunda mujer y cantante de The Mamas & the Papas, escapó horrorizada por sus deseos. El matrimonio duró una semana. Y, sin embargo, ahí le tienen en la imagen, a punto de cumplir 60 años y de casarse por quinta vez con Victoria Duffy. El niño es Henry, fruto de una relación anterior. Todo parecía en calma. La fiera al fin estaba domada. Lo que no imaginaban es lo mal que iban a acabar. La pareja se divorció en 2010, con Hopper a punto de morir. El motivo, según se dijo, fue la guerra desatada por su herencia entre Duffy y los hijos del actor. Hubo denuncias, juicios y hasta una orden de alejamiento contra ella. Él pesaba 45 kilos y estaba consumido por el cáncer. Ni siquiera esos últimos días los pudo vivir en paz.