COOLTURA
Este libro es una broma. Canción negra (Ed. Nórdica) es un chiste privado entre marido y mujer que, en 1970, ejerció de regalo, atento, delicado, de cumpleaños. Antes de sus 47, Adam Wlodek recopiló los primeros poemas de Wislawa Szymborska. Fue tarea casi doctoral. Su esposa los había desmigajado en la prensa polaca hacía algo menos de dos décadas. Aquel había sido su estreno. La Nobel de Literatura había publicado con 20 años versos contagiados de invasión nazi y Segunda Guerra Mundial. Lo que en los poemas que siguieron se intuye, aquí se tienta. En Canción negra, Szymborska desenmaraña ideas políticas y rebusca la palabra exacta. Pero, escribe, no la consigue. Aunque, páginas más allá, se acalla a sí misma: sabe que los poetas son más torpes que sus poemas.