Un plus de presión
El virus FIFA no solo pasa factura con las lesiones. A Luis Enrique, últimamente le preocupa el desgaste anímico y personal que sufren varios de sus cracks, sometidos a un angustiante plus adicional de presión más allá de los resultados. Pasó con Piqué y ese barroco análisis de su patriotismo y pasa con Neymar que a pesar de ganar a Argentina, ve su vida personal dentro de una centrifugadora, por eso evita las declaraciones. También le sucede a Messi que, se gane o se pierda, su figura divide en dos bandos a la afición albiceleste. Uno de los últimos argumentos de sus críticos se ha llevado por delante a Mascherano, hoy en el epicentro del huracán. La suerte de Lucho es que su regreso coincide con partido en el Camp Nou. Aquí la afición azulgrana, guste o no, ha aprendido a cuidarles, por mucho que diga el señor Bauza