PELEA VIRTUAL
La creciente popularidad de las artes marciales mixtas alimenta en EE.UU. el morbo sobre un posible combate entre los reyes del boxeo y la UFC
“Soy un elefante, jamás pelearía contra una hormiga”. La respuesta de Floyd Mayweather, campeón invicto y máxima estrella del boxeo, a Conor McGregor, el ‘Dios’ de la UFC (artes marciales mixtas), ante un posible combate entre los dos valores más mediáticos del deporte de contacto no se ha hecho esperar. Cuestionado al respecto por la revista TMZ, Floyd se limitó a reír y señaló con sarcasmo que “si estás diciendo que McGregor es el Floyd Mayweather de la MMA, no sé a qué te refieres. ¿Alguna vez ha generado 300 millones de dólares en una noche? ¿Ha generado 100? ¿Y 70?”, preguntaba en referencia a los 5 millones que se llevó McGregor con su victoria ante Eddie Álvarez el pasado sábado, en una velada que convirtió a ‘The Notorious’ en el primer luchador de la historia de la UFC con títulos en dos pesos distintos, pluma y ligero, tras un solo combate.
“Los elefantes no se pelean contra las hormigas. El elefante es tan grande que ni siquiera la ve”, concluía el americano. El propio McGregor había sacado pecho días antes al asegurar que, en caso de enfrentarse, “Mayweather puede poner las reglas que quiera”, en un desafío en toda regla del que se vería claro vencedor. Y el presidente de la UFC, Dana White, fue ayer más allá al asegurar que “si McGregor te toca, te manda a dormir. Floyd pone a la gente a dormir también, pero con su estilo, no con sus manos”.
La ironía es la defensa de ‘Money’ para contrarrestar a un oponente que ya le amenaza en popularidad, número de seguidores (más de siete millones en redes sociales) y extravagancias, aunque aún esté a años luz en ingresos. Pero puede que no se trate sólo de eso. Desde varios medios se apunta a que todo responde a una estudiada estrategia para empezar Muhammad Ali-Inoki, el esperpéntico precedente
Una pelea similar ya tuvo lugar hace 40 años. El gran Muhammad Ali, que vivía su etapa de mayor esplendor tras vencer a George Foreman, accedió a viajar a Japón para enfrentarse a Antonio Inoki, mito de la lucha libre mundial y a quien se considera un pionero de las artes marciales mixtas. Se pactó el combate para el 26 de junio de 1976. En la rueda de prensa previa, Alí insultó a su rival llamándolo “pelícano” debido a su largo mentón y le regaló una muleta. La pelea se transmitió a 34 países y se vendieron 15.000 entradas. Al final, acabó en nulo tras un espectáculo decepcionante, con Inoki en el suelo tratando de lanzar patadas a ‘calentar’ un posible combate entre ambos, que supondría un bombazo mediático y de beneficios, fueran cuales fueran las reglas de la pelea.
El ascenso de la UFC
Las artes marciales mixtas demostraron el pasado sábado en el Madison Square Garden que están poniendo contra las cuerdas al mismísimo boxeo, después de haber necesitado ocho años de batallas legales para conseguir ser aprobadas finalmente el pasado abril en Nueva York y cuando en algunos países, como en Francia, sigue siendo una disciplina ilegal. Sus ingresos ascendieron a 600 millones de dólares en 2015. Las peleas se celebran en jaulas octagonales donde está permitido el uso de pies y puños, con reglas estrictas para controlar la violencia y prevenir lesiones graves. El McGregor-Álvarez congregó a 20.427 espectadores y generó 17,7 millones en una sola velada, con actores y cantantes como Madonna, Demi Lovato, Hugh Jackman o Nick Jonas entre los vip’s. Y un MayweatherMcGregor en estos momentos de máximo apogeo representa un pastel muy difícil de rechazar