Mundo Deportivo (At. Madrid)

“HE TENIDO SENSACIÓN DE PLENITUD”

- Lluís Carles Pérez / Barcelona

El año del ‘siete de siete’ decías: ‘¡Pero Dios, cómo jugamos!’ Aquel equipo jugaba de forma excelsa, con los ojos cerrados”

Ahora disfruto tanto que no quiero plantearme otros retos. Yo trabajo en el equipo de mis sueños, esto me llena mucho”

Quizás en el futuro estar en unos Juegos sería un objetivo que me gustaría mucho, pero ahora no lo tengo en la cabeza”

Xavi Pascual (50 años) cumplió el sábado pasado 10 años como entrenador del Barça. El 9 de febrero de 2009 cogió un equipo a la deriva y lo redirigió de tal manera que ya en 2011 ganó la primera de sus dos Champions, la cima de los 47 títulos que adornan esta década azulgrana prodigiosa.

¿Estará en el Barça 10 años más?

Nunca me he planteado el tiempo. No es una cuestión cuantitati­va, es cualitativ­a, si tienes ganas o no. Yo me veo con fuerzas y disfruto de mi trabajo, pero no podría decir cuánto tiempo más estaré, no te lo puedes plantear si serán 10 años, tres o cinco minutos. Si depende de mí, cuando no tenga ganas lo diré. Habrá vida después de ser entrenador del Barça.

¿Qué otro proyecto le estimularí­a?

Yo ahora estoy disfrutand­o tanto de mi equipo que no quiero plantearme otros retos. A todo el mundo le gustaría participar en unos Juegos o cosas de ese estilo, pero a mí me llena mucho lo que hago. Yo trabajo en el equipo de mis sueños y aquí cada segundo es como hacer un Máster. Probableme­nte, dentro de un tiempo, intentar estar en una Olimpiada sería un objetivo que me gustaría mucho, pero ahora no lo tengo en la cabeza.

¿En 2009 esperaba que estaría sólo cuatro meses o vio una ocasión que debía aprovechar?

En una situación como aquella te debes al equipo y no estás pensando en lo que pasará en el futuro. Lo primero que pensé es que había que sacar aquello adelante como fuese y después ya veremos qué pasa. Había que darle un cambio porque el tema estaba entonces bastante movidito.

¿Cuál fue el diagnóstic­o?

Yo ya estaba dentro del equipo como ayudante de Manolo Cadenas. Había muchas cosas. No acabábamos de encontrar el camino, faltaba quizás una guía. Había vicios adquiridos y faltaba decirse cosas a la cara porque, cuando llevas muchos años en una relación, a veces te vas habituando a todo y eso no es bueno, esa zona de confort a veces se transforma en una zona de apalancami­ento y no puede ser. La gente intentaba luchar, pero los resultados no acompañaba­n y, cuando estás en dinámicas negativas, todo se magnifica, todo es malo, y no aceptas que tienes parte de la culpa. Nos faltaba un poquito de humildad.

¿Cómo cambió el rumbo?

No marqué objetivos, sino el camino. Hubo mucho compromiso de todos. Creamos la línea de trabajo y huimos de cosas que no nos permitían estar concentrad­os al 100%. Demasiadas cosas alrededor te pueden distraer y lo importante es que los jugadores estén concentrad­os en el equipo. Creo que lo conseguimo­s. Comenzamos a hacer cosas diferentes y también hubo luego cambios de muchos jugadores.

Usted siempre reivindica el valor de cualquier victoria

Sí, pero las derrotas marcan mucho más que las victorias porque muchas derrotas se convierten en puntos de inflexión si lo sabes gestionar. La victoria es muy dulce, pero incluso ganando tienes que analizar por qué ganas. ¿Tan diferente es ganar o perder de un gol? Como resultado sí, pero por el juego no tanto.

¿El mejor y el peor momento?

El mejor momento es todo el momento. Ganar una Champions es lo máximo, pero es difícil elegir, 10 años dan para mucho. Del primer título, la primera Copa del Rey que me valió la renovación, siempre te acuerdas. Y hemos tenido derrotas duras y temas personales dentro del vestuario que nos han afectado a todos.

¿Se arrepiente especialme­nte de alguna decisión?

Sí, pero no la explicaré. Hay cosas que no tiene que saber nadie y que no se las explico a nadie. Si valoras exactament­e el momento en que tomé esas decisiones, con la informació­n del momento, me arrepiento de pocas cosas.

¿No se pudo hacer nada por retener a Mikkel Hansen?

En aquel momento lo mejor que tenía que hacer era irse. No me siento responsabl­e de su marcha. Mikkel es un jugador extraordin­ario, me encanta, probableme­nte ahora es el mejor del mundo en ataque, pero a veces no coinciden las circunstan­cias. ¿Mikkel se fue y nadie se da cuenta de que ganamos la Champions al año siguiente con la gente que trajimos? Cuidado. Y Mikkel es ahora un jugador maduro, pero entonces era muy joven y hay cosas que no se pueden permitir y, ante eso, tienes que velar por el interés del equipo. Eso es lo que hice.

¿El mejor partido de los 10 años?

¡Ufff! Encontrar sólo uno es muy difícil. Ha habido partidos memorables. El año de la primera Champions nuestro partido en Kiel es impresiona­nte (33-36), como contra el Aalborg en octavos (11-31) y el Zagreb en cuartos (43-21) de 2015. Esos partidos los recuerdo claramente.

¿Ha tenido la sensación de plenitud como entrenador?

Sí, he tenido sensación de plenitud. La temporada del ‘siete de siete’ (20142015) hubo un momento que veías al equipo y decías: ‘¡Pero Dios mío, cómo jugamos!’ Por eso digo que el adiós de Karabatic nos hizo mucho daño. Nos había costado mucho construir aquel engranaje y su marcha nos deshizo aquello. Habíamos logrado jugar de una forma excelsa, era increíble, con gente con la edad y el margen para poder seguir trabajando dos o tres años más. Aquel equipo jugaba con los ojos cerrados, iba todo como un reloj. Aquel equipo me hizo sentir como entrenador increíblem­ente bien.

¿Un fichaje para sacar pecho?

No quiero destacar ninguno porque todos han dado lo suyo. Con algunos aciertas y otros no, al final hasta que no te comes el melón no sabes si es dulce. Si fichas a alguien y están aquí muchos años ya te dicen el tipo de jugadorazo­s que son. Por ejemplo, fichamos a Gonzalo con 16 años y ha llegado hasta aquí, pero hay muchos y no sería justo decir sólo uno. Los jugadores que llevan en el club ocho o nueve años son un acierto total.

¿Desgasta buscar la perfección?

Sí, hay momentos que sientes que tienes que parar un poco, pero no me canso de esto, me gusta y enriquece.

El balonmano debe ser una balsa de aceite comparándo­lo con el banquillo del fútbol ¿no?

No es fácil estar en el Barça, no es fácil estar en el banquillo de un equipo profesiona­l del Barça y me imagino lo que debe ser el de fútbol. A veces oyes cosas que no se conoce la realidad y la gente opina. No todo en el Barça son cosas positivas, también las hay negativas y hay que saber manejarlas.

Hace años estuvo a punto de irse.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain