Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
MD se sube al Hugo Boss, el F1 del mar
El galés Alex Thomson, subcampeón de la Vendée Globe de 2017, desvela los secretos de un velero de récord
En la historia ha habido muchos hombres que han deseado conquistar mares y océanos en busca de rincones desconocidos, y muy pocos los afortunados que lo han logrado. Hoy en día, hay un grupo de valientes que todavía mantiene el deseo de retar a agua y viento, aunque esta vez, con el objetivo de ser el más rápido en dar la vuelta al mundo. Uno de ellos es Alex Thomson, regatista galés que este curso batió el récord de distancia recorrida en solitario por un monocasco en 24 horas. A bordo del IMOCA 60 de Hugo Boss, el skipper británico recorrió un total de 536,81 millas náuticas en un día, con una velocidad media de 22.36, y ayer mostró a MD y a un grupo
El británico batió este año el récord de distancia recorrida en solitario en 24 horas
reducido de periodistas los secretos de la que fue su casa durante 74 días, con el objetivo de conquistar la Vendée Globe. El galés terminó en segunda posición por detrás del francés Armel Le Cléac’h, y mantiene más vivo que nunca su objetivo de convertirse en el primer ganador no francés de una competición que entre los entendidos se conoce como ‘El Everest de los mares’.
Un reto físico y psicológico que lleva al límite el cuerpo humano, no sólo por la distancia (24.000 millas náuticas), sino porque se hace en solitario, sin parar y sin ninguna asistencia. Ayer, MD pudo conocer de primera mano como es la vida de Thomson a bordo del Hugo Boss en una regata frente a la costa de Barcelona de unas dos horas. Al principio, llama la atención que un velero tan pequeño (5.5 metros de ancho y 18 de largo) puede buscar los límites del océano, pero rápidamente se entienden los motivos. A este tipo de embarcaciones se les conoce como los F1 del mar, sobre todo, por su tecnología.
Un esfuerzo sobrehumano
Se trata de uno de los primeros barcos en utilizar la fibra tecnológica de carbono sólido en finas capas, que le dan fuerza y ligereza contra la bravura del mar. La tecnología está pensada para que los regatistas realicen maniobras de todo tipo de la forma más rápida, aunque ello no evita un esfuerzo sobrehumano. Los skippers deben hacer de MacGyver cada vez que tienen un problema y repararlo como puedan, duermen 20 minutos cada tres horas, comen alimentos liofilizados y viven en una cabina de 10 m2 en la que no pueden ni ponerse de pie. Fueron necesarios hasta 2 periodistas y un ayudante del equipo para izar la vela mayor, pero Thomson debe hacerlo solo.
En la Vendéé Globe dormía 20 minutos cada 3 horas y vivó en 10 m2 durante 72 días
“No me siento solo. Con mi mujer hablo cada día y llevo un peluche a bordo llamado ‘Speedy’ que utilizo para enviarle vídeos a mi pequeño”. ‘Las aventuras de Speedy’ sirven para que Thomas se despeje. Su entrenamiento físico (10 horas de gimnasio a la semana) y psicológico no son suficientes, necesita tener autocontrol y de vez en cuando, despejar la mente 10 minutos jugando con su Ipad. La calma es su bálsamo. Cuenta con lo justo para vivir, con una potabilizadora y un pequeño colchón. “De noche, con lluvia, viento, me imagino que estoy encima de una nube y veo que todo está bien. Así bajo mis pulsaciones”, reveló el galés, que ha pasado unos 7 meses en el agua este año. Todo por ser el más rápido, y esta obsesión es la que le mantiene despierto, ya que mira constantemente los dos pilotos automáticos y GPS para vigilar su rumbo y rivales. ‘Pedal a fondo’ es su apodo por su velocidad, y como todo skipper, no tiene reparo en hacer sus necesidades en un inodoro portátil de fibra de carbono (para que no pese) ni en jugarse la vida. Pero hay una cosa que no soporta: que lo adelanten, ejemplo de la competitividad de todos los skippers. “El kit de supervivencia está sellado ya que hay regatistas que tirarían los 20 litros de agua que hay para ganar”, remarcó. Algo que para muchos sería una tortura, para Thomas es su vida: “Es insano, pero no me veo haciendo otra cosa”