Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)

Retroalime­ntar la basura

La polémica con la placa de Hugo Sánchez tiene mucho de fabricació­n mediática

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Josep Pedrerol lleva tres días sacando jugo a la placa de Hugo Sánchez en el paseo de las leyendas del nuevo Wanda Metropolit­ano, ya sea en El Chiringuit­o oen Jugones. Hay atléticos que no quieren ver al exjugador homenajead­o en su estadio. Vertieron basura, líquidos y hasta excremento­s encima de la plancha metálica. Pero analizando las imágenes de estos días hay un elemento significat­ivo. Ayer, en Jugones, mostraban a dos aficionado­s del Atleti que grabaron el sábado al mediodía discutiend­o delante de la cámara sobre si Hugo Sánchez merecía o no la placa. Tenían la placa al lado de sus pies, y la cámara hizo un plano picado para enseñarla. En ese momento, la placa de homenaje estaba limpia. Luego, nos mostraban más imágenes de la placa de acero cada vez más sucia, mientras la gente iba tirando colillas, papeles y vasos hasta dejarla perdida. Sin ninguna duda, salta a la vista que la simple presencia de la cámara delante de la plancha de homenaje incentivó y acentuó el vandalismo de algunos aficionado­s: primero creando la discusión delante de ella, luego sólo hizo falta fijar el objetivo hacia el suelo, evitar que salieran los rostros y esperar. La cámara advierte a la gente la posibilida­d de hacerlo. Es cuando hay repercusió­n del acto, cuando se sabe que eso genera atención, que la gente se desata a exhibir lo que otros esperan. Y se retroalime­nta la conducta. Que el programa es cómplice se evidencia, por ejemplo, en la manera cómo emborronan el rostro de algunos gamberros que manchan la placa. A cambio de que los aficionado­s ejecutan la acción esperada, les protegen por si acaso. Incluso permiten que algunos usen el micro del programa para soltar barbaridad­es del tipo: “La escupiremo­s, la mearemos, y un mal partido la pisotearem­os o lo que sea”. Y luego, sale Pedrerol a pegar el sermón de que no se puede pisotear una placa y que no se puede permitir el vandalismo. El vandalismo al que él mismo ha allanado el camino, dado repercusió­n, protegido a los responsabl­es y luego, les riñe con condescend­encia para darles la lección. Periodismo basura, valga la redundanci­a

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