Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)

Del caliente, caliente, caliente al frío, frío, frío

Los leones acaban pasándolas canutas en el Villamarín tras casi haber hecho callar a la afición verdiblanc­a

- Iñaki Ugalde

Existía cierta expectació­n por saber si la medida de retrasar hora y medio el inicio de este partido estaba justificad­a por el asfixiante calor reinante o, por el contrario, si no era para tanto. Lo cierto es que el termómetro marcaba 38 grados en el Villamarín en torno a las 18.30 horas. Desde el Betis aseguraban a este respecto que a pie de campo podían calcularse de

El retraso del inicio del partido ’enfría’ la temperatur­a, pero no los ánimos

tres o cinco grados más. El club bético aprovechab­a la coyuntura para bromear al respecto en su cuenta de twitter. “¡No es calor! ¡Es el Villamarín convertido en caldera para lograr el triunfo!”.

La verdad es que a medida que se acercaban las 20 horas la sombra fue apoderándo­se de las gradas de manera paulatina. Calor sí, pero no tanto como a lo largo de todo este penúltimo domingo de septiembre. Abajo, en el verde, en cualquier caso, esperaba un infierno a ambos contendien­tes.

El Betis avisaba en su revista ofcial “Toca Liga, toca ganar” y decía que Berizzo “ha vuelto a dotar del más genuino estilo rojiblanco a sus leones. Vuelven a ser fieros”. El club verdiblanc­o aprovechab­a además la coyuntura para rememorar el debut de Carriega como míster bético 39 años después. El técnico de Allariz, curiosamen­te, llegaba al banquillo bético tres meses después de dejar el del Sevilla. “Fue aclamado, lo quisieron y, como a todo entrenador, también lo criticaron”, resumía este artículo sobre dicho técnico.

De villanos a héroes

Setién pudo comprobar en propias carnes este último ‘epitafio’. El Villamarín, asombrado por el inesperado meneo que comenzaron dando los leones a su equipo, empezó a perder los nervios con el entrenador cántabro y sus pupilos. El Betis quería, pero no podía superar la presión a todo el campo impuesta de manera inteligent­e por Berizzo y sus pupilos.

La expulsión de Susaeta al borde del descanso fue una especie de aire fresco para la familia verdiblanc­a y un piedra inesperada en el camino para la rojiblanca. El cambio de decorado del encuentro coincidió con el descanso. De lo que pudo ser una fiesta en clara

Segundo tiempo

La propuesta única y exclusiva del Athletic tras el descanso fue tratar de limitarse a defender la portería de Unai Simón.

Planteamie­nto

El arranque de partido del Athletic resultó espectacul­ar. Los leones maniataron al rival, se pusieron 0-2 y jugaron bien al fútbol.

clave Athletic se pasó a un auténtico infierno. Los leones no daban a basta para achicar balones una vez que su míster pareció mandarles meter el culo lo más atrás posible.

La afición bética, que a punto había estado de perder la paciencia con los suyos, llevó en volandas a Joaquín y compañía. Qué manera de animar, qué manera de presionar al rival y al trío arbitral. Todos a uno ante un equipo bilbaíno que, justo es reconocerl­o, supo apretar los dientes para poder salir airoso de tan delicado trámite. El Villamarín, más allá del asfixiane calor reinante, volvió a ser un infierno para los leones

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FOTO: EFE Exigido El equipo rojiblanco realizó un arduo trabajo defensivo, sobre todo tras la expulsión de Susaeta y tuvo que sobreponer­se además al calor y a la presión a la que fue sometido por el Betis. Iñigo Martínez mantuvo el tipo
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FOTO: EFE Aguante De Marcos intenta frenar al habilidoso Inui, en una segunda parte en la que los leones jugaron en inferiorid­ad numérica

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