Mundo Deportivo (Gipuzkoa)

UN PUNTO SOBRE LA CAMILLA

La Real sabe sufrir para llevarse un buen punto de Mestalla, donde se rompen Navas, Zaldua e Illarramen­di Un Theo estelar no encuentra aliados en la delantera para herir a un Valencia al que le falla la pegada tras el descanso

- Ángel López

La Real se llevó un buen punto en camilla de Mestalla. Resistió de pie en una segunda parte de intenso acoso del Valencia en la que se le rompieron tres piezas: Navas, Zaldua, que aguantó hasta el final cojo, e Illarramen­di, que dejó a su equipo con 10 en el descuento. El equipo de Imanol está sublimando la máxima de que cuando no se puede ganar, hay que batallar para empatar y ayer lo volvió a hacer. Supo sufrir en las dentellada­s locales tras el descanso para llevarse un punto que, combinado con victorias en el futuro, puede allanarle su camino hacia Europa, que ayer no pudo explorar porque estuvo lejos de poder vencer. Y eso que en la primera parte dominó el esférico, pero sin la profundida­d ni el colmillo exhibidos en el derbi. Un punto de sangre, sudor y alguna lágrima.

Puntuar en un campo como Mestalla contra un Valencia cargado de partidos pero ‘on fire’ a estas alturas de la temporada es meritorio, pero duele reparar en qué habría sucedido si un Theo imposible de contener hubiese encontrado aliados inspirados en ataque. No los tuvo: Oyarzabal se debió calzar las botas del revés porque no dio una a derechas, Willian José apenas irrumpió en escena y Sandro, en sus 14 minutos más descuento, volvió a decepciona­r. Cuando los puntales no están, la Real, generalmen­te, queda muy penalizada. La imagen de un Illarramen­di saliendo en camilla, medio aturdido, del terreno de juego en el descuento retrató el sufrimient­o de una Real sometida, pero de pie tras el descanso.

Los donostiarr­as desecharon la opción de dormir en la sexta plaza, por delante del Valencia, el Betis y el Alavés, con el subidón que eso supondría, pero de mantener este ritmo de suma con Imanol: 12 puntos de 18, dos por partido, la aclamada media inglesa, habrá opción seguro de acceder a puestos continenta­les.

Lo que ya es palmario es el renacimien­to de esta Real, que ha trazado un rumbo por que navega firme, a pesar de la tempestad de los empates ante Rayo y sobre todo frente al Huesca en casa. El Norte tiene que ser Europa.

La inercia del derbi

Imanol quiso aprovechar la estela de euforia y confianza del derbi manteniend­o el mismo bloque victorioso ante el Athletic, con el cambio obligado y previsible de Zubeldia por Zurutuza, lastrado por una gastroente­ritis. Pero, con permiso de Sabina, ya no era ayer, sino mañana y el insolente sol de Mestalla robó a los realistas muchas dosis de la agresivida­d y la valentía del choque ante los bilbaínos.

Sí salieron los txuri urdin con el propósito de buscar las ranuras en la defensa del Valencia con largas posesiones. Los ché habían jugado el jueves y Marcelino decidió repetir a siete de sus titulares, con el consiguien­te riesgo de un cansancio prematuro. El problema es que los donostiarr­as no salieron del tono gris de sus camisetas cuando se arrimaban al área contraria. Sólo Januzaj le ponía un poco de rock and roll con regates, penetracio­nes y algún disparo; pero Oyarzabal tenía una tarde atravesada y Willian José

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FOTO: EFE Januzaj trata de impedir que Piccini progrese

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