Anoeta vibra con sus guerreras
21.234 espectadores llevaron en volandas a las jugadoras
Anoeta lució sus mejores galas para asistir a otra cita histórica con el deporte femenino. Y eso que la meteorología no invitaba a acudir al campo de Amara a presenciar el derbi entre la Real y el Athletic. Pero la afición txuri urdin respondió en masa, poblando las gradas con un total de 21.234 espectadores que, con sus cánticos y gritos de ánimo, trataron de llevar en volandas a su equipo en pos de un triunfo que, finalmente, no llegó. Pero casi.
La climatología no hacía presagiar nada bueno. Fue salir al terreno de juego Mariasun Quiñones y Oihana a calentar y caer un aguacero desolador. La salida al césped de Anoeta de ambas guardametas sirvió para escuchar una de las primeras ovaciones de la mañana. No hubo que esperar mucho para la segunda, cuando el resto de jugadoras hicieron acto de presencia. Los peores augurios llegaron con el primer zarpazo del Athletic que llevó la firma de Lucía García. Ni así se calló la ruidosa grada del Estadio de Anoeta, que tampoco lo hizo ni con el mal tiempo ni con el segundo tanto del conjunto rojiblanco. Y eso que lo mejor estaba por llegar .
El panorama comenzó despejarse, ya no solo en lo meteorológico, con el tanto de Nerea Eizagirre, que provocó la primera explosión de alegría. Fue la chispa que encendió la mecha para una hinchada, la realzale, que ya no paró de animar. Tampoco lo hizo el centenar de seguidores del Athletic que se hicieron escuchar a lo largo de los 90 minutos, teniendo un recuerdo incluso para el malogrado Aitor Zabaleta, gesto que agradeció la parroquia local.
Cada jugada de ataque de la Real provocaba un incremento en los decibelios, lo mismo que cada una de las contras peligrosas del Athletic. La grada pidió penalti en las caídas de Cardona y Nahikari en el área visitante. Pero el momento de éxtasis llegó con el tanto del empate de Carla Bautista, que lo celebró a lo grande, como la ocasión lo merecía. Las jugadoras y la propia grada creía que la victoria era posible y continuaron animando como si no hubiera un mañana.
El empate final fue celebrado casi como una victoria, sobre todo por el esfuerzo de las jugadoras en una segunda parte brillante. Éstas, ya con el partido acabado, devolvieron con aplausos todo el apoyo recibido en otro día inolvidable
La afición txuri urdin, pese al mal tiempo, acudió en masa y no paró de animar
El éxtasis llegó con el tanto del empate de Bautista. Había tiempo para soñar