Los títulos y el legado
Luis Enrique y el Barça necesitaban todos los títulos que han ganado y más aún el que se puede ganar, pero la huella de un entrenador es otra cosa
Si Luis Enrique gana la final, nueve títulos en tres años. Si la pierde, ocho. Matemáticamente, una diferencia mínima que sería enormemente grande desde el plano emocional. Prueba inequívoca de que los títulos no son ni pueden ser el exclusivo argumento del legado. Ni yéndose con uno más ni marchándose con uno menos. Lo esencial ya debe estar hecho. Lo trascendente no solo es cuánto se ha ganado. También cómo se ha ganado y qué huella se ha dejado en el vestuario y en el club.
Le preguntaron a Piqué por el legado de Luis Enrique y Gerard contestó que: “Lo más fácil es quedarse con los títulos, pero me quedo con el trato que ha tenido. Quizás con vosotros no ha tenido la mejor relación del mundo, pero a nosotros nos ha conquistado a todos. Han sido tres años muy, muy buenos”. Perfecto. Si además de una sensación es una noticia, la aportación de Luis Enrique habrá ido mucho más allá de lo que demuestra un currículum.
Todo esto y más lo iremos viendo a partir de la próxima semana. Tiempo habrá para valorar si el exitoso míster ha sido también un hombre de club o sólo del equipo que le ha correspondido. Semanas habrá para pensar en ello. Y habrá también opiniones para todos los gustos. Como las ya las hay ahora. Unos creen que Luis Enrique ha vivido exclusivamente el día a día. Y lo ha vivido compitiendo al máximo con lo mejor que tenía. Sin dar oportunidades a los que se lo han trabajado toda la vida en La Masia, alejándose del modelo.
Otros, en cambio, piensan que con lo que hay en el fútbol formativo, Luis Enrique no hubiera hecho más de lo que hecho. Da igual. No lo sabremos nunca. Sólo el míster, y no hay porque dudar de su empeño, sabrá si ha trabajado preferentemente para el presente de su currículum o si lo ha hecho para priorizar el futuro del club, del equipo, de la idea.
En todo caso, lo que nadie podrá discutirle a este entrenador es su nivel de competitividad. Llegó cuando el vestuario se había olvidado de hacerlo, puso las pilas a todo el mundo y el Barça ganó el triplete. Y para hoy, en su último partido, quiere terminar igual que empezó. Compitiendo y ganando. Por eso aseguró que en cuanto a ambición se refiere, el Alavés tampoco le gana al Barça. Una sensación compartió
Piqué la advertir a los que dudan de la motivación del equipo: “Ya lo veréis mañana”. Pues eso, veremos