El año de ‘el Gato’ Marc Márquez
Nunca en sus títulos anteriores había tenido que remontar una desventaja de 37 puntos para ser campeón
Cuatro títulos de MotoGP en cinco campañas, seis coronas mundiales en las últimas ocho. Marc Márquez avanza sin miedo pero con todo el respeto del mundo por la historia del Mundial de velocidad. No ha cumplido los 25 años (lo hará el 17 de febrero) y ya exhibe con toda naturalidad un palmarés único a su edad, la misma naturalidad con la que viene rompiendo todos los récords desde que en 2010 protagonizara su primera foto de campeones.
Marc es un tipo con suerte, pero pelea duro para que esa suerte le sonría. Detrás de esa alegría de vivir, esa explosividad y esas permanentes ganas de hacer bromas hay un chico determinado, que vive por y para las motos y las disfruta como si aún fuera aquel niño de cinco años. Y que trabaja duro por cincelar un cuerpo que le permita salir indemne de los muchos palos que se da en busca del límite, algo que quiere dejar de hacer por su propio bien y por ello sigue reclamando soluciones a Honda.
El vaso medio lleno
Disciplinado y cabezota a partes iguales le gusta ver siempre el vaso medio lleno y jamás se rinde ni en carrera ni en el box ni a lo largo de un campeonato por mucho que se le complique. Nunca en sus cinco títulos anteriores ‘el tro de Cervera’ había tenido que remontar una desventaja de 37 puntos para ser campeón. La vez que lo intentó en Moto2 se quedó sin premio.
Desde pequeño le inculcaron que su fuerza está en el equipo, que tú puedes ser muy bueno dándole al mango, pero sin tener un bloque consolidado y contento que se tome los ‘since’ (las noches sin cenar/dormir arreglando motos en el box) con alegría es imposible brillar. Y van todos a muerte como ya demostró en 2013 cuando después de que Honda le impusiera el equipo técnico para dar el salto a MotoGP lo primero que hizo cuando tuvo galones fue recuperar al ‘dream team’. Desde entonces apenas un retoque y nunca del núcleo duro. En 2016 entró Kochi Ujino por ‘Mondo’ (Andrea Brunetti) un ex de Stoner que se bajó por “motivos personales”.
2017 ha sido otro año triunfal pero ni mucho menos fácil. No es plato de buen gusto que el campeón mundial en título sea el segundo piloto que más ha caído de la campaña sólo superado por el rookie Sam Lowes por tres caídas. Y no hay que olvidar ahí no se cuentan la docena de salvadas, la última este domingo en Cheste.
Casi ha estado más tiempo en el suelo que sobre la moto, pero ‘el gato’ Márquez tiene estilo hasta a la hora de caer, arma su cuerpo para minimizar los daños y se levanta de un salto la mayoría de las veces aunque antes está todo el trabajo de flexibilidad y en su musculatura con su técnico de siempre Genís Cuadros.
Comenzó la temporada con un cambio de concepto en el motor Honda (big bang) y problemas en el tren delantero que le hizo firmar a Repsol Honda su peor arranque desde 2000. Márquez llegó a estar a 37 puntos del líder (Viñales) tras seis Grandes Premios. Su suerte fue que su remontada coincidió con la debilidad del entonces líder y que el hombre con el que se ha jugado la corona, Andrea Dovizioso, no se le llegó a marchar más allá de un +16 tras el GP de Catalunya.
Márquez construyó el cuarto título MotoGP ganando allí donde debía ganar, los circuitos a izquierdas que le van tan bien a su estilo heredero del dirt track. Pero sobre todo cediendo los menos puntos posibles en sus circuitos anti Márquez. Sólo seis veces estuvo fuera del podio, dos por caída, uno por una avería del motor, la primera de Honda en carrera desde el GP de Australia de 2007, un sexto en Mugello y un cuarto en Malasia en agua
Vive por y para las motos y las disfruta como si fuera aquel niño de cinco años
Construyó la sexta ganando donde debía ganar, pero a cambio de 27 ‘palos’