Serrat y el No-Do

En pleno veto en los medios oficiales del régimen por negarse a actuar en el festival de Eurovisión si no era cantando en catalán el “La, la, la”, Serrat jugó con los veteranos del Barça contra los del Real Madrid un partido benéfico que en su campaña navideña organizaban los populares señores Dalmau y Viñas. Joan Manuel cumplió el sueño de poder jugar al lado de su gran ídolo de infancia Laszi Kubala, algo que solamente tuvieron el privilegio de ver los miles de aficionados que llenaron aquella matinal el Camp Nou, porque la torpeza de la censura de aquel momento se encargó de dar tijeretazo omitiendo a la figura del “noi del Poble Sec” cuando aparecía la formación barcelonista. Lo que supuso que para los espectadores del No-Do solo figurasen diez jugadores vestidos de blaugrana.

Esta anécdota viene a cuento para refrescar la memoria a los denominados por Quim Monzó “psicópatas del twitter” que osaron cuestionar el talante democrático del “nano” cuando puso en tela de juicio la “transparencia” del referéndum del 1 de octubre. El compromiso de Serrat con la defensa de las libertades es algo tan incuestionable como el año largo de exilio que tuvo que pasar en México cuando se atrevió a hacer públicas sus críticas por las ejecuciones de las condenas a muerte del proceso de Burgos firmadas por Franco en el ocaso el régimen.

En el tema de la independencia tenemos visiones diferentes y no me agradan algunos de los que se fotografían a su lado. Pero no por ello se ha perdido el afecto personal, ni la admiración por una brillante carrera, con canciones que forman parte de la banda sonora de nuestras vidas. Pocos artistas como Serrat han paseado con sus letras por el mundo él hecho diferencial de catalán y una fidelidad inquebrantable por el Barça, al inmortalizar en “Temps era temps” la delantera de “Les cinc copes” o glosando la figura de Kubala, de quien conserva su retrato en la cartera.