Mundo Deportivo

Confianza para remar en la dirección de la victoria

Rodrigo Conde y Jordi Rodríguez ganaron en 2017 el oro mundial sub23 de doble scull ligero en remo

- Marta Pérez FOTOS: MANEL MONTILLA

El remo español vuelve a tener motivos para sonreír. Los resultados en los últimos meses están mostrando un equipo con jóvenes dispuestos a recuperar la senda del éxito. Dos de ellos son Jordi Rodríguez Orofino (9 de febrero de 1998) y Rodrigo Conde Romero (3 de septiembre de 1997), quienes aspiran a lucir en categoría absoluta los galones que ya han demostrado en las inferiores. Rodrigo ha conquistad­o en los dos últimos años un oro y un bronce mundial sub23 en doble scull ligero (LM2x). Esa medalla de 2017 la consiguió junto a Jordi.

Rodrigo se inició en el remo a los ocho años en su Moaña natal, en Pontevedra. Jordi, a los nueve de forma poco convencion­al. “Me apunté a boxeo y en 2011 sufrí un derrame en el ojo derecho. Así que cambié de deporte”, explica. Ambos entrena por separado; Conde en Sevilla y Rodríguez en Banyoles. “Con diecisiete años me quedé sin sitio para entrenar en Galicia por problemas de mi entrenador con la directiva del club”, cuenta Rodrigo. Am- bos han encontrado su sitio en la selección y se encuentran preparando el próximo Mundial sub23. “Solo formamos el barco para esta competició­n, pero si te entiendes con esa persona fuera del bote, dentro también lo haces”, añade Conde.

Él es el que lleva los galones. Además de ser ya campeón del mundo sub23 (lo logró con Adrià Mitjavila), estuvo a punto de clasificar­se junto a Adrià para los Juegos de Río. “Nos quedamos a una maldita plaza de clasificar­nos en el Preolímpic­o. Yo tenía dieciocho años y Adrià veintiuno y la experienci­a nos vino muy grande… Íbamos pasando rondas y cuando vimos que podíamos clasificar­nos, se nos vino el mundo encima”, recuerda. Jordi, por su parte, se ha tenido que adaptar a la categoría sub23 partiendo de un sexto puesto en el Mundial juvenil. “No se me hizo tan duro el cambio por la experienci­a de Rodrigo, por su forma de ser y por la confianza que me transmitió. Nunca me he sentido menos valorado o más presionado”, agradece a su compañero. Con los galones ya ganados en categoría sub23, ambos intentarán buscar el oro mundial a finales de este mes. “El bronce, en lo que me ha ayudado es a pensar que este año quiero el oro”, cuenta un ambicioso Jordi.

Trabajo físico y compenetra­ción

Ambos se exprimen cada día pensando en ese reto. Lo hacen a bordo de un barco de unos 28 kilos de peso y que requiere una gran fortaleza física. “Nos colocamos en él en función de la remada”, explica Rodrigo. “Aunque es habitual que el más fuerte remando vaya detrás, en nuestro caso Rodrigo, que es quien más fuerza tiene, va delante”, añade Jordi. La colocación es una de sus claves para triunfar. Eso sí, por delante de ella queda la confianza mutua que existe entre ellos. “Si no la hay, a la mínima que empieces a notar sangre en la boca y picor en las piernas vas a desistir por ver que el otro va de paseo”, cuenta Rodrigo. Además, se motivan el uno al otro para superar cada momento complicado y para afrontar con garantías cada competició­n. “Si vas pensando que vas a quedar tercero, acabarás séptimo… Tienes que tener confianza para que no te pasen por encima”, aporta Rodrigo.

Confianza y, por supuesto, una buena estrategia. Sus carreras duran 2000 metros. “No hacemos toda la regata igual de ritmo; vas a tope cuando quedan unos ciento cincuenta”, explica Jordi. “Pero en el Mundial nos veíamos tan bien que a los mil metros Rodrigo ya me estaba diciendo que apretara”, se ríe. Fueron bronce.

A pesar de su compenetra­ción, y aunque entrenen cada uno en un lugar, Rodrigo está formando dupla también a nivel absoluto con Patricio Rojas. No es algo que les impida rendir a máximo nivel cuando se juntan. Estudiante­s de TAFAD, reciben facilidade­s para combinar su formación

con largas jornadas de preparació­n. Además, cuentan con medios para medir al milímetro su grado de esfuerzo, aunque de ayudas tan solo reciben la Beca Podium.

Los dos sueñan con ganar ese inminente Mundial sub23. Y después, Rodrigo es quien se muestra más ambicioso. “Quiero lograr una medalla en el Mundial absoluto y estar en Tokio. La clasificac­ión para Río me pilló siendo novato y esta vez no

Los remeros Rodrigo y Jordi destacan la compenetra­ción como clave en su éxito

En unos días afrontan un Mundial sub23 con el reto de mejorar su bronce de 2017

me va a pasar igual”, avisa. Jordi, por su parte, se toma con más calma ese camino a unos Juegos, consciente de que debe seguir ganando experienci­a. Por ahora, lo hace junto a Rodrigo, con el compañeris­mo y el esfuerzo por bandera. Tras haber conquistad­o el mundo a nivel sub23, Rodrigo y Jordi siguen trabajando y confiando el uno en el otro para remar en la misma dirección: la de la victoria

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Jordi Rodríguez, a la izquierda en la imagen superior, y Rodrigo Conde, a la derecha son dos de los jóvenes más prometedor­es del remo español
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