Ellos fueron los primeros animalistas
Los egipcios eran grandes amantes de los animales: fue una de las primeras culturas en tener mascotas. Gatos, perros y monos eran sus animales de compañía y domésticos favoritos y formaban parte de la familia. Los egipcios veían a los anima- les como encarnaciones de los dioses y por eso su civilización los reverenciaba.
ENTRE CANES Y FELINOS
En contra de lo que se cree, eran los perros y no los gatos las mas- cotas más habituales en Egipto. Se consideraba que los felinos eran demasiado especiales como para ser mascotas de la gente normal; además, se asociaban a la diosa Bastet. Pero también sentían una especial predilección por los halcones, los ibis y los leones. Muchos de estos animales ocupaban un lugar especial en la casa egipcia y a menudo eran momificados y enterrados con sus amos. Otros eran utilizados para trabajar, como los perros y los monos, a los que se adiestraba para patrullar junto a los hombres que velaban por la seguridad.
La muerte de una mascota causaba una gran desolación entre los habitantes de la casa. Según el historiador griego Heródoto de Halicarnaso, que visitó Egipto a mediados del siglo V a. C., los egipcios se depilaban las cejas en signo de aflicción cuando moría su gato y se afeitaban todo el cuerpo, incluida la cabeza, si el que moría era un perro.