LOS MURCIÉLAGOS PIERDEN SU REFUGIO SAGRADO
Las cuevas del Parque Nacional de Tsimanampetsotsa, en la isla de Madagascar, siempre han tenido una gran importancia cultural y espiritual. Consideradas espacios sagrados entre el mundo sobrenatural y el nuestro, los lugareños no entraban en ellas por temor a ser castigados por los espíritus, lo que contribuía a la supervivencia de las seis especies de murciélagos que nidifican en su interior. Sin embargo, un equipo de la Universidad de Helsinki (Finlandia) ha realizado un estudio entre dos grupos étnicos de la zona –los tanalanas y los vezos– que indica que eso ha cambiado.
“Solo uno de cada cinco entrevistados reconoció poner en práctica los tabúes que inhiben la caza y el consumo de murciélagos”, explica Ricardo Rocha, coautor del estudio e investigador de la Universidad de Cambridge (Reino Unido). Además, hasta un tercio de los entrevistados reportaron consumo de murciélagos en sus comunidades, “algo sorprendente en un área donde hasta ahora comer murciélago estaba prohibido por las normas tradicionales”, asegura Rocha.
Los investigadores señalan que si los valores espirituales asociados tanto a los murciélagos como a las cuevas siguen erosionándose al ritmo actual, la efectividad de los sitios sagrados para proteger a las poblaciones de estos mamíferos voladores se verá gravemente amenazada.