Batalla del Somme.
1 de julio de1916
La I Guerra Mundial ha sido una de las contiendas más encarnizadas de la historia, con sus luchas cuerpo a cuerpo en las trincheras embarradas, y la batalla del Somme –más de cuatro meses y un millón de bajas entre ambos bandos–, uno de los enfrentamientos más feroces de siempre: solo la primera jornada de combate –1 de julio de 1916– los británicos sufrieron 57.740 bajas, de ellas 19.240 víctimas mortales. Fue el día más negro de la historia militar del Reino Unido.
Ingleses y franceses habían planeado una operación conjunta para romper el punto muerto en que se hallaba el frente occidental en el norte de Francia. La semana previa al ataque su artillería bombardeó a mansalva las líneas alemanas para destruir sus defensas. Luego el comandante en jefe británico Douglas Haig decidió ampliar el objetivo inicial del ataque y cubrir un área mayor: desde Serre, en el norte, hasta Montauban, en el sur, con un ataque de distracción en Gommecourt.
A las 7:30 horas de la mañana del día 1, trece divisiones británicas situadas al norte del Somme y seis divisiones francesas al sur del río lanzaron la ofensiva. Muchos de los soldados de infantería eran voluntarios que vivieron su primera experiencia en ese combate. Cargaban con 32 kg de equipo formando en filas y avanzando al paso. Una vez que se internaron en terreno incierto, empezaron a recibir abundante fuego de ametralladora.
El bombardeo previo no había afectado seriamente a las defensas alemanas ni neutralizado a su artillería. Los soldados británicos apenas pudieron cumplir sus objetivos. Algunos llegaron a las trincheras germanas, pero fueron forzados a dar la vuelta. La mayoría no pudo atravesar la alambrada de púas, que en muchos puntos todavía estaba intacta.
Los británicos ganaron posiciones en el sur: las divisiones 30 y 18 tomaron sus objetivos alrededor de Montauban y la 7 conquistó Mametz. En Thiepval, la 36.ª división (del Ulster) se apoderó del reducto Schwaben, pero tuvo que retirarse. Las fuerzas francesas que operaban al sur del río Somme también lograron algún éxito, pero a un alto precio, aunque no tuvieron tantas bajas –7.000– como los británicos. Pero en conjunto, cayeron dieciocho hombres aliados por cada alemán.
En todo caso, los británicos no suspendieron la ofensiva, ya que los franceses seguían muy comprometidos en Verdún. La batalla del Somme duró cuatro meses más y se convirtió en la más sangrienta de toda la guerra. Cabe añadir que ese primer día del ataque británico fue rodado por los cámaras Geoffrey Malins y John McDowell. Su filmación constituyó el primer documental bélico de la historia.