LUNA MIGUEL LA POETA DEL CUERPO
A LUNA LOS VEINTE MIGUEL AÑOS PUBLICÓ Y. SU PRIMER POEMARIO PESE A LOS ATAQUES SUFRIDOS DESDE ENTONCES POR PARTE INCLUSO DE SUS COLEGAS, CONTINÚA ENCABEZANDO UNA GENERACIÓN DE JÓVENES POETAS
Apocos escritores les han puesto tantos palos en las ruedas como a Luna Miguel. La fuerza con la que, teniendo apenas 20 años, irrumpió en la escena literaria con su poemario Estar enfermo (La Bella Varsovia, 2010) sorprendió a autores y periodistas, algunos de los cuales se abalanzaron inmediatamente sobre su yugular con el evidente ánimo de aplastarla. De hecho, repasar los reportajes que se escribieron sobre ella en aquel entonces es lo mismo que trazar un recorrido por el machismo imperante en el mundo editorial.
De Luna Miguel se dijo que era "insultantemente joven", "futura carne de revistas de tendencias" e "hija de los selfies y las redes sociales", pero también que debía su éxito a su belleza, que su imagen pública eclipsaba su obra y que encajaba en esa categoría de It-Poet que nadie sabe exactamente qué diablos significa. Y no solo eso. Porque no hay escritor español que haya sufrido un acoso tan salvaje en las redes sociales como ella, amén de haber tenido que soportar que Facebook eliminara su cuenta por el mero hecho de haber colgado en su muro la portada de El dedo (Capitán Swing), un ensayo en el que reflexiona sobre la masturbación femenina. "En aquel entonces, había miles de chicas que hacían lo mismo que yo –comenta mientras se encoge de hombros en un claro gesto de indiferencia hacia aquellos trolls que trataron de anularla-. La única diferencia es que yo escribía y me hacía selfies con libros en las manos. Eso irritaba a mucha gente".
Pero no terminaron allí sus problemas. En 2014 sufrió un golpe devastador: su madre falleció con tan solo 41 años. Ana Santos Payán había fundado, junto a su marido, la editorial El Gaviero, que dio voz a toda una generación de jóvenes poetas que no tardaría en imponerse: Elena Medel, María Eloy-García, Maite Dono, Ana Gorría, Sofía Rhei y tantas otras amantes de la lírica en las que está depositada la esperanza de la poesía española contemporánea. "Buena parte de las editoriales independientes que hoy existen beben del camino que abrió mi madre –recuerda tratando de mantener la compostura-. Su trabajo demostró que había otras voces a las que, injustamente, los grandes sellos no atendían".
Necesitada de expulsar el dolor que sentía por la pérdida, Luna Miguel transformó la enfermedad y la muerte de su progenitora en tres poemarios conocidos como Trilogía del cuerpo (La tumba del marinero, Los estómagos y El arrecife de las sirenas), el último título de los cuales mostraba el deseo de la autora de volver a abrazar la vida, ya que celebraba el nacimiento
de su primer hijo, Ulises, que tuvo junto a su marido, el también escritor Antonio J. Rodríguez. "El segundo libro no llegué siquiera a presentarlo porque los poemas que lo integraban eran demasiado tristes como para leerlos en público –comenta con esa lentitud con la que habla-. He estado en silencio mucho tiempo, supongo que digiriendo todo lo que me ha pasado. Pero ahora estoy saliendo de la oscuridad y me apetece volver a los recitales".
Por suerte, no todo han sido tristezas en el último lustro de la poeta. También ha habido personas que la han apoyado en todo momento, siendo uno de los nombres más importantes en su carrera el de esa otra escritora llamada Elena Medel. Las dos se conocen desde la adolescencia, cuando la primera contaba 11 años y la segunda 16, edad en la que, también para pasmo de la crítica, publicó su opera prima Mi primer biquini (DVD, 2002). Además de poeta, actualmente Medel es la editora de La Bella Varsovia, sello en el que Luna Miguel publica casi todos sus libros. "Cuando la descubrí, quedé fascinada –recuerda la escritora mientras cruza las manos en la cafetería de la revista Playground, donde trabaja como editora desde hace algún tiempo-. Era la primera vez que leía unos poemas que hablaban de cosas que me interesaban, de cosas que me pasaban a mí, de cosas de las que no había hablado con nadie. Así que le envié mis primeros textos y, desde entonces, somos grandes amigas".
Luna Miguel acaba de escribir su primera novela. Se titula El funeral de Lolita y Lumen la publicará el próximo mes de septiembre. La narradora es una mujer que reflexiona sobre los años en que, siendo una adolescente, tuvo una relación con un hombre mayor. "Durante muchos años, yo he sido considerada una especie de lolita –dice-. Y nunca entendí que eso fuera algo peyorativo para mí. Desde mi punto de vista, quien tendría que soportar el peso de ese insulto es el hombre que mira a la nínfula con ojos enfermizos". Además, acaba de publicar Poesía masculina, un poemario en el que se pone en la piel de un hombre para mostrar el modo en que ellos, aun no diciéndolo, se relacionan con sus cuerpos. Y es que Luna Miguel se atreve con todo: la masturbación, la muerte, la pederastia e incluso la mentalidad masculina.
“He estado en silencio mucho tiempo, supongo que digiriendo todo lo que me ha pasado. Pero ahora estoy saliendo de la oscuridad y me apetece volver a los recitales”