TEXTOS (ANTI)CANÓNICOS SOBRE EL CAPITALISMO DE HOY
Realismo capitalista, Mark Fisher, (Caja Negra, 2016) Combinando la crítica cultural (hay aquí referencias a películas como Hijos de los hombres o Heat) con la reflexión filosófica y el discurso activista de izquierdas, el autor abre en canal las tripas del capitalismo en apenas 152 jugosas páginas. Temas como la marketinización de la educación, la descentralización de las responsabilidades (que tan bien ejemplifican los call centers) o la capacidad del sistema para metabolizar (y desactivar) las protestas anticapitalistas son abordados en este lúcido ensayo, que Slavoj Žižek ha saludado como el mejor diagnóstico del dilema que tenemos .
24/7. El capitalismo al asalto del sueño, Jonathan Crary (Ariel, 2015)
Crary parte de las investigaciones científicas para conseguir que los soldados puedan permanecer siete días en estado de alerta, sin necesidad de dormir, para describir un capitalismo insomne en el que el mundo laboral arrolla todas las parcelas privadas y en el que estamos invitados a consumir las 24 horas del día. La mirada de este profesor de arte moderno sobre el capitalismo non-stop es, por suerte, gozosamente heterodoxa. Las referencias a filósofos como Gilles Deleuze y Félix Guattari y a creadores de la cultura popular como Philip K. Dick sirven para despertarnos del estado de estupefacción en el que nos ha sumido un modelo de consumo y producción que nos arrebató el descanso y la reflexión.
Chavs. La demonización de la clase obrera, Owen Jones (Capitán Swing,2012)
En poco tiempo, este libro se ha convertido en un texto referencial para comprender cómo los poderosos han conseguido desactivar la lucha de clases, demonizando a la clase obrera. La supuesta cultura de la meritocracia nos recuerda que los que están debajo del todo (presentados como vagos y maleantes con un gusto estético dudoso) son los verdaderos responsables de su situación. Al mismo tiempo, la clase media se convierte en una suerte de fantasía que se mantiene, ya no por la retribución salarial y el poder adquisitivo, sino por signos culturales externos.