Guillermo del Toro
Tras el León de Oro de Venecia y el Globo de Oro, el mexicano es el gran favorito para ganar el Oscar.
El domingo 4 de marzo, Guillermo del Toro podría convertirse en el tercer cineasta mexicano premiado con el Oscar tras Alfonso Cuarón y Alejandro Iñárritu, dos de sus mejores cuates. Su película, La forma del agua, la más personal de su filmografía junto a El espinazo del diablo y El laberinto del fauno, ha obtenido siete candidaturas al Globo de Oro y trece a los Oscar.
Este es el reconocimiento al director que a los 8 años, tras asistir a un curso de Dick Smith, el gran experto en efectos especiales, supo que se dedicaría al cine. Una decisión nada fácil para un chamaco de Guadalajara, que tuvo que refugiarse en la fantasía para evadirse de la estricta educación que recibió de su abuela, de estricta fe católica, que llegó a exorcizarle dos veces, y en un colegio de jesuitas, donde sus compañeros lo acosaban por tener el pelo rubio y los ojos claros.
Durante la década de los ochenta trabajó como diseñador de maquillaje y en 1993 debutó como di- rector con Cronos, un relato vampírico premiado en el festival de Cannes que costeó hipotecando su propia casa.
Exiliado involuntario
Cuatro años después llegó a Hollywood, donde filmó con muchos problemas Mimic y donde se quedó a vivir tras el secuestro de su padre en México. Desde encontes ha dirigido ocho películas (Blade II, Hellboy, Pacific Rim, La Cumbre Escarlata...), ha publicado La Trilogía de la Oscuridad – formada por Nocturna, Oscura y Eterna–, ha creado dos series, The Strain y Trollhunters, y ha producido taquillazos como El orfanato, Mamá y Kung Fu Panda 3.
Los sueños, la fantasía y la imaginación desatada siguen marcando su carrera, que abarca más de dos décadas. Sus próximos proyectos son Pinocchio, adaptación del clásico de Carlo Collodi, y El callejón de las almas perdidas, adaptación de la novela de William Lindsay Gresham, ya llevada al cine en 1947.
Su próximo proyecto es la adaptación de ‘Pinocho’