EL BULLDOG DE ALEJANDRO RODRÍGUEZ
Una foto olvidada en un cajón, unas pesquisas en las redes sociales para reconocer al veterano Lancia 3RO que aparece en la imagen y al final todo termina haciendo un reportaje al poderoso y espléndido Mack MH613 Ultraliner de Alejandro Rodríguez, hijo y
Como homenaje a su abuelo y a su padre, dos buenos profesionales del camión, Alejandro Rodríguez ha restaurado un Mack MH613 Ultraliner.
Las tierras leonesas del Bierzo y su capital Ponferrada fueron siempre vivero de transportistas y profesionales de larga tradición, con sus fructíferas minas de carbón produciendo el combustible que movió la industria y calentó los hogares durante más de un siglo.
Hasta bien entrados los ochenta la antracita, el lignito y la hulla de la comarca berciana fueron fuentes de riqueza, trabajo y prosperidad y en este contexto el transporte era una necesidad perentoria.
El ferrocarril efectuó la mayor parte de esta pesada labor durante décadas, pero los camiones siempre fueron el complemento indispensable para llegar hasta donde los carriles no podían. Surgen entonces empresas de transporte y autónomos que se encargan de mover miles de toneladas de carbón.
El abuelo de Alejandro Rodríguez empieza en los años veinte con un Hispano y más tarde se coloca como chófer de Minas de Fabero con un Büssing. El siguiente paso de Herminio Rodríguez fue hacerse transportista y a los mandos de un Chevrolet se puso en el transporte de pescado de Vigo y La Coruña a Madrid.
En los años cincuenta se incorpora a la profesión una segunda generación, que curiosamente se llama y apellida igual que su progenitor, y llega entonces a la familia un Lancia 3RO procedente de un excedente militar y que es el impulsor de este reportaje. Cuando desde TRANSPORTE MUNDIAL nos pusimos a indagar sobre la imagen de un camión antiguo, desde el otro lado del Facebook nos respondió con alegría Alejandro Rodríguez: “Es el camión de mi padre”. En efecto, el vehículo que aparecía era el viejo Lancia 3RO.
Una vez identificada la silueta del “viejo trasto” nos enteramos de que en homenaje a su padre y a su abuelo Alejandro a restaurado un impresionante Mack MH613 Ultraliner al que no le falta ningún detalle y que tiene su cadena cinemática en plena forma.
Solo faltaba fijar la fecha para desplazarnos a la Ciudad de los Templarios y admirar esa bella fiera con sello y marchamo “made in USA”.
Tradición americana
Fundada en 1900 por los hermanos Mack la marca pronto inicia su expansión si bien será la Primera Gue-
rra Mundial la que le proporcione un fuerte impulso gracias al “esfuerzo de guerra”.
Los camiones Mack son fuertes, robustos y fiables y su peculiar silueta con el radiador tras el motor hace que los soldados les apoden “Bulldog”. Después de la contienda Mack mantiene la originalidad, frente al resto de constructores norteamericanos, de fabricar enteramente sus camiones, desde el bastidor y la cabina hasta la cadena cinemática.
A principios de los ochenta Renault V.I. recala en el accionariado de Mack planteando una profunda remodelación de la oferta con la llegada de los Ultraliner, sustitutos de los veteranos Cruiseliner, y que a la postre serían los últimos “cabover” fabricados por Mack. Se vendieron un total de 16.200 Ultraliner entre 1982 y 1993, años en que esta gama se mantuvo en producción.
Mack aplicó en la cabina Ultraliner nuevas técnicas constructivas que apostaban por el empleo de resinas sintéticas para las superficies exteriores, solución que incrementaba la resistencia a los elementos climatológicos sobre una estructura metálica de alta resistencia.
Anotar que la posición de eje frontal adelantado potenciaba la seguridad activa en caso de accidente, aunque como sucedía con el Magnum el acceso a la cabina era un tanto complicado. El bastidor tiene una batalla al centro de los ejes 0de 3,5 metros, con suspensión de ballestas parabólicas en el eje directriz y un conjunto Hendrickson de cuatro diaprés en el tándem trasero.
En la cadena cinemática manda un motor Mack EE6 de once litros con cuatro válvulas por cilindro e inyección de bombas unitarias. Es en realidad una versión “light” del EE7 que montaron los Renault Magnum en Europa. Rinde 350 CV a 1.950 rpm con un brillante par de 176,6 Mkg a 1.250 rpm.
La caja de cambios es la compleja -pero eterna- Maxitorque Extended Range Transmission con su peculiar “reparto” de apertura con diez marchas para rodar sobre asfalto, siete “Lo” para tareas duras o transportes especiales y cinco retromarchas, las mismas que la caja principal tiene hacia adelante.
El chucho plateado
No fue hasta 1932 cuando Mack comenzó a emplear el famoso “Bulldog” diseñado por el entonces Ingeniero Jefe, A.F. Masury, y desde entonces su simpática silueta preside todos los frontales de la marca americana.
En nuestro caso el “bulldog” era plateado, señal inequívoca de que alguna parte del camión no era enteramente Mack. En este caso eran los diferenciales y la suspensión trasera, porque de montar todos los componentes “made in Mack” el bulldog sería en color oro.
En el parking del centro de transportes de Ponferrada nos esperaba un comité de recepción capitaneados por Alejandro Rodríguez escoltado por los hermanos Cerezales y Oscar, un transportista de la zona que trabaja para CUPA, la empresa de producción de pizarras de la que Alejandro es director financiero.
Gracias a Oscar dispusimos de una gabarra cargada con palets de pizarra que nos permitió “saborear” el viejo Mack a plena carga. El motor ronroneaba con ese sonido metálico tan característico de los Mack mientras hacíamos aire y calentábamos el motor.
En comparación con las cabinas de la época la del Ultraliner es la típica americana, con un voluminoso capó motor, el salpicadero en fuerte ángulo obtuso y su amplia y única litera de generosas dimensiones.
Importado por Distribuidores Mack de Madrid este Ultraliner fue matriculado en 1990 y luce en la trasera el logo VH (Vehículo Histórico) si bien Alejandro ha preferido mantener la matrícula original. Recaló en una empresa del Bierzo y su principal ventaja era que al ser un tractor de tres ejes podía enganchar una plataforma tándem y cargar con ello las 40 toneladas que en aquella fecha acababan de ser autorizadas.