Adiós
Nunca más tanta inocencia”, escribió Philip Larkin en MCMXIV, su poema sobre la PrimeraGuerraMundial. LaGranGuerracambiómuchas cosas. Entre ellas, la literaturade la época. De la contienda surgió un selecto club de escritores capaz de transformar el sangriento conflicto en prosa y poesía. Un siglo después, sus ecos persisten en un grupo de literatos que, como sus predecesores, son veteranos de guerra; algunos han estado en Irak y Afganistán. Han madurado en la batalla, por lo que no es de extrañar que aspiren a comprender su significado.
“Haría falta un dios para contarla”, dijoHomero de la guerra. En realidad, solo se precisa un escritor con dones divinos. Heaquí seis. Seconocen. Tambiénel géneroqueestánenriqueciendo. Y respetan, que no imitan, a sus mayores: deWilfred Owen a Ernest Hemingway, pasando por Michael Herr.
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Kaboom,