Y además. . .
escribió, desde el cuarto propio que reclamó para todas las demás, clásicos como ‘La señora Dalloway’, pero también artículos, críticas y rigurosísimos ensayos sobre lo que se publicaba por entonces. Todo está reunido en ‘Horas en una biblioteca’ (Seix Barral), incluidos sus dardos contra el ‘Ulises’ de James Joyce. Otro escritor igual de divertido, Mark Twain, aparece, en tanto que fumador, en la larga conversación sobre el tabaco y su hechizo que GregorHens mantiene en su ‘Nicotina’ (AlphaDecay).