No lamenta represión vs inmigrantes
Tras 24 años como sheriff en Maricopa y perder la pasada elección, se dice triste por dejar el cargo
Phoenix— El sheriff saliente de la zona metropolitana de Phoenix dice haberse entristecido por su derrota tras 24 años en el cargo, pero no expresó ningún remordimiento por haber realizado contra los inmigrantes docenas de operativos que lo transformaron en una figura política nacional pero terminaron llevándolo a su caída.
El viernes, el sheriff Joe Arpaio se dijo conmovido por las llamadas de los seguidores que lamentaron que el martes hubiera perdido ante Paul Penzone, un sargento de Policía de Phoenix jubilado y poco conocido.
‘No voy a decir que los defraudé’, dijo Arpaio. ‘Simplemente, es triste irme’, agregó.
A sus 84 años, Arpaio concluirá su gestión como el policía de mayor nivel en Phoenix con un veredicto por efectuar revisiones en base a apariencia racial que desacreditó sus patrullajes inmigratorios y un cargo por desacato judicial en su contra por prolongar los patrullajes durante 17 meses después de que un juez ordenó su suspensión.
Arpaio sigue sin disculparse por la decisión que hace 10 años tomó de ir contra la inmigración ilegal, a pesar de los costos legales de 48 millones de dólares sufragados por los contribuyentes por el caso de revisiones raciales y el cargo menor que podría llevarlo hasta a seis meses en la cárcel de ser declarado culpable.
Otros mandos policiales se contentaron con dejar al Gobierno federal las pesadas tareas de vigilar la inmigración. Pero Arpaio señaló tener el deber de vigilar la aplicación de las leyes promulgadas por la Legislatura de Arizona, incluyendo una que prohibía el tráfico de inmigrantes.
‘No voy a decir que lo siento. Hicimos nuestro trabajo’, dijo el sheriff, añadiendo que él es el ‘trofeo de los grupos hispanos que me persiguieron’.
Al final, hace dos años, los juzgados despojaron a Arpaio de su autoridad inmigratoria, consistiendo desde entonces su papel en el debate inmigratorio en manifestarse públicamente contra las políticas federales fronterizas.
Lydia Guzmán, una defensora de los derechos civiles hispanos que desde hace largo tiempo es crítica de Arpaio, señaló no sonarle cierta la aseveración del alguacil de no tener remordimientos por poner en la mira a los inmigrantes.
‘Está tratando de hacerse el mártir’, dijo Guzmán. ‘Creo que, muy en el fondo, en cierto momento, probablemente él se dé cuenta de que sus patrullajes inmigratorios fueron su caída. Es lo que lo metió en problemas’, insistió.
Arpaio ha reconocido desobedecer la orden del juez en el caso de revisiones en base a características raciales, pero insistió en que el desacato no fue intencional. Su proceso ha sido programado para el 6 de diciembre.
Arpaio afrontó otros desafíos en su búsqueda de una séptima gestión.
El alguacil, quien para su campaña recabó 12 millones de dólares básicamente provenientes de habitantes de otros estados, dijo no esperar que el liberal magnate financiero George Soros donara 2.3 millones al grupo que pasó un comercial de televisión en el cual se cuestionaba la reputación de Arpaio por ser duro con los delincuentes.
El jefe policiaco culpó asimismo al Departamento de Justicia de Estados Unidos por anunciar un día antes de que comenzaran en Arizona las votaciones sus planes de fincarle cargos por un caso penal de desacato.
Arpaio dijo creer que será recordado por sus estrictas políticas carcelarias, como dar a los internos ropa interior rosada y arraigarlos en Tent City, el conjunto de carpas donde los presos permanecen durante el verano de 100 grados o más en Arizona.
Sin embargo, se da cuenta de que su sucesor podría suspender tales prácticas.
Penzone ha señalado estar dispuesto a contemplar la idea de cerrar Tent City y considerar la ropa interior color rosa un truco publicitario.
‘Si alguien más quiere un cambio, eso a mí no me molesta en nada’, dijo Arpaio.
El sheriff añadió que pudo haberse jubilado sin buscar la reelección, pero deseaba continuar en el cargo y no se arrepiente de haber intentado reelegirse.
‘Yo quería seguir cuatro años más’, explicó. ‘No me tocaba’.