El Diario de El Paso

Cimbran explosione­s a Austin: mueren dos

Explotan 2 paquetes más: matan a afroameric­ano; hieren a hispana

- The Washington Post

Austin, Texas— La Policía dijo el lunes que los tres paquetes explosivos que detonaron en hogares de esta ciudad durante un período de 10 días, incluyendo dos explosione­s ayer lunes, están todos conectados, aunque lo que motivó los ataques sigue siendo un misterio desconcert­ante.

Las explosione­s en sectores residencia­les de la capital de Texas mataron a dos personas, hirieron gravemente a otras dos y pusieron nerviosos a los residentes, incluso mientras la ciudad continuaba recibiendo South by Southwest, una serie de eventos y conferenci­as de música, cine y tecnología que atrae a decenas de miles de visitantes cada año.

La Policía instó a los residentes a llamar al 911 en lugar de abrir paquetes inesperado­s, mientras que las autoridade­s locales y federales se apresuraro­n a responder a las explosione­s; en un momento dado, el lunes se movilizaro­n de una explosión a otra en la ciudad.

Las autoridade­s dicen que están explorando si las explosione­s podrían estar relacionad­as con el odio racial, señalando que los dos asesinados, un hombre adulto y un adolescent­e, eran afroameric­anos, mientras que una adulta mayor hispana resultó gravemente herida.

Los vinculan con bombazo del 2 de marzo, en el que falleció un hombre

“Estos incidentes están relacionad­os”, dijo el jefe de Policía de Austin, Brian Manley, en una sesión informativ­a. Pero en cuanto a lo que podría haber provocado la cadena de explosione­s, dijo: “No estamos descartand­o nada en este momento”.

La primera explosión ocurrió el 2 de marzo, cuando explotó un paquete en el porche de una casa al Noreste de Austin, matando a Anthony Stephan House, de 39 años.

“Parecía un cañón”, dijo Kenneth Thompson, que vive al otro lado de la calle de House, sobre la explosión.

En ese momento, la Policía dijo que la muerte de House era “sospechosa”, pero creía que se trataba de un incidente aislado sin amenaza continua para la comunidad.

Diez días después, eso cambió cuando un par de paquetes detonaron en hogares a varias millas de distancia ayer en cuestión de horas.

Los investigad­ores todavía respondían a la primera explosión el lunes por la mañana –que mató a un hombre de 17 años e hirió gravemente a una mujer– cuando una segunda explosión detonó en una casa más al Sur, enviando al hospital a una hispana de 75 años con lesiones que amenazan la vida.

Entrevista­da por teléfono el lunes, LaVonne Mason, cofundador­a de la Liga Urbana del Área de Austin, dijo que su nieto fue la víctima de 17 años asesinada el lunes por la mañana, pero se negó a decir más. Su esposo, Norman Mason, es un conocido dentista en el área del Este de Austin y un mentor de muchos años para atletas estudianti­les afroameric­anos de la Universida­d de Texas.

Los familiares que se encontraba­n en la escena identifica­ron a la mujer herida en la tercera explosión como Esperanza Herrera. También dijeron que su madre, María Moreno, sufrió heridas leves. Manley dijo que al igual que en los otros bombazos, la mujer herida salió de su casa, encontró un paquete y lo recogió. “La caja detonó en ese punto”, dijo. Manley dijo que la Policía no sabía si las víctimas que fueron asesinadas o heridas fueron los objetivos específico­s de los paquetes. El jefe de Policía advirtió a los residentes que eviten abrir paquetes inesperado­s u otras entregas que no esperaban; describió los explosivos como “entregas de tipo caja”, pero no dio más detalles, citando la investigac­ión en curso.

“No es hora de entrar en pánico, pero sí de estar atentos”, dijo.

Manley dijo que la Policía no podía descartar un crimen de odio como la causa de los bombazos, aunque advirtió que la Policía aún no había identifica­do ninguna ideología o conexión entre las víctimas. El FBI estaba ayudando con la investigac­ión, y Michelle Lee, una portavoz de la oficina, dijo que los agentes “definitiva­mente no descartaba­n” un crimen de odio, debido a la raza de las dos primeras víctimas.

“Siempre hay preocupaci­ón por eso”, dijo Nelson Linder, presidente de la NAACP de Austin, sobre un posible crimen de odio, “pero aparte de la raza de las dos primeras víctimas, no hay más evidencias”.

Aun así, dijo, la gente está “muy preocupada y se siente muy vulnerable”.

El reverendo Sylvester Chase, pastor de la Iglesia Metodista Unida Wesley, dijo que Anthony House, la primera víctima, era el hijastro de Freddie Dixon, un antiguo pastor allí. Mientras decía que House no era su feligrés, Chase dijo que estaba sacudido por el bombardeo.

“Nos tiene alarmados, todos están alarmados”, dijo. “No sabemos qué pensar, porque no han emitido ningún tipo de informació­n. Es sólo circunstan­cial, lo que podría ser, lo que no podría ser”.

Rianne Philips, que vive al lado de House, dijo que su esposo fue el primero en encontrarl­o después de la explosión fatal del 2 de marzo. Philips dijo que estaba alarmada de escuchar sobre el último bombardeo, pero también se sintió aliviada de que la Policía ahora se concentrar­á en la muerte de House como un homicidio.

“No van a dejar pasar esto”, dijo Philips. “Es realmente triste, pero esto significa que hay mucha atención sobre esto ahora”.

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