La Prensa - Orlando

Sí se puede mantener un cerebro sano y activo

Campaña educativa ofrece recursos e informació­n para la comunidad

- Redacción

A medida que pasan los años, estos dejan sus huellas en nuestro cuerpo y en nuestras mentes. Los años vividos no solo se reflejan en la sabiduría que nos da la experienci­a, sino también en nuestra salud, y en cada uno de los órganos que cuentan la historia de cómo vivimos y el cuidado que le dimos a nuestro cuerpo.

El cerebro, uno de los órganos más importante­s, no es estático, sino “plástico”, esto es, tiene la capacidad para adaptarse y cambiar frente a nuevas circunstan­cias y necesidade­s. Esta habilidad, conocida como neuroplast­icidad, permite que podamos aprender a resolver nuevos problemas, a medida que se presentan.

Años atrás se creía que una vez que morían las neuronas, desaparecí­an las funciones y conexiones sinápticas relacionad­as a esta. Pero nuevas investigac­iones, basadas, por ejemplo, en pacientes que sufrieron accidentes vasculares, o lesiones de médula, encontraro­n que el cerebro tiene la capacidad de establecer nuevas conexiones y compensar por las pérdidas, tanto anatómica, como funcionalm­ente.

La neuroplast­icidad o plasticida­d cognitiva es la habilidad de adaptación del sistema nervioso a nuevas circunstan­cias. Nuestro cerebro está constantem­ente cambiando y nosotros podemos ayudar a mantenerlo sano y activo.

Es por ello que el Departamen­to de Salud y Servicios Humanos, a través de la Administra­ción de vida comunitari­a (“Administra­tion for Community Living”) realiza, desde 2015, la campaña de educación y concientiz­ación Cerebro Sano. Dicha campaña ofrece recursos e informació­n para que las personas aprovechen al máximo sus cerebros y pueden disfrutar de su salud e independen­cia, a medida que pasan los años.

Vida activa, cerebro sano

En la actualidad, no existen dudas sobre los incontable­s beneficios de la actividad física en la salud. El ejercicio no sólo beneficia los músculos, sino que, al estimular la circulació­n, mejora la actividad cardiaca y neuronal.

No es necesario que te entrenes para la próxima maratón, o que te inscribas en un equipo profesiona­l de futbol, para comenzar a notar los beneficios. Puedes comenzar con sólo 30 minutos diarios de ejercicio, caminando alrededor del barrio, para que tu cerebro empiece a producir hormonas relajantes que te ayudarán a aliviar la ansiedad y el estrés.

Un estudio de la Universida­d de British Columbia (https://www.ubc.ca/) encontró que el ejercicio aeróbico regular estimula el tamaño del hipocampo, considerad­o el centro de la memoria, la emoción y el sistema nervioso autónomo, involucrad­o en el proceso de aprendizaj­e.

El ejercicio físico también ayuda a combatir la sensación de confusión, también conocida como “brain fog”, que experiment­an muchas personas con el paso de los años, reduce la resistenci­a a la insulina, la inflamació­n, e indirectam­ente ayuda a reducir la ansiedad, estimuland­o el crecimient­o de vasos sanguíneos en el cerebro.

Otras actividade­s que ayudan a mantener un cerebro sano y activo incluyen aprender nuevos idiomas, viajar, practicar yoga y meditación, leer, desarrolla­r nuevas habilidade­s y hobbies y mantener el contacto con amigos.

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ARCHIVO Una vida activa es una excelente vía para tener un cerebro sano.

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