10 años y un récord imposible
Asistimos en Roma a la celebración del décimo aniversario del Octo de Bulgari y a la presentación de una pieza inigualable
El Panteón de Roma es sin duda una de las obras de ingeniería más fascinantes de todos los tiempos y un escenario inigualable para celebrar el décimo aniversario de una colección de relojes que ha roto todos los moldes conocidos desde que se lanzara allá por 2012. Se trata de Octo de Bulgari, una familia que se introdujo en la alta relojería de una manera abrumadora, con un diseño espectacular y unas especificaciones técnicas que rompieron todas las reglas conocidas en cuanto a fineza en la construcción de movimientos, calibres y cajas.
No es de extrañar, por tanto, que para conmemorar esta década de vida la firma italiana organizara un evento por todo lo alto en la Piazza della Rotonda, con decenas de invitados llegados de todas partes del mundo.Y como disruptivo es Octo, igualmente lo fue la performance musical y visual a cargo de la Accademia Nazionale di Santa Cecilia, con un espectacular video-mapping proyectado sobre la fachada misma del Panteón a cargo de los artistas de Ouchhh Studio. Un espectáculo de sonidos y arte visual que dejó boquiabiertos a todos los asistentes... aunque no tanto como la sorpresa que Jean-Christophe Babin, CEO de Bulgari, tenía reservada: la presentación al mundo del Octo Finissimo Ultra, el reloj mecánico más fino del mundo, con un grosor total de ¡1,8 mm! El mismo que una moneda de 20 céntimos. Es el octavo récord mundial de Bulgari con la familia Octo, un proyecto que nació como idea original de Fabrizio Buonamassa, director creativo de la división de relojes de la firma. Tres años de desarrollo, ocho nuevas patentes (siempre el ocho) y un resultado que prácticamente convierte un objeto tridimensional en algo de dos dimensiones. Brutal.