(DEMASIADO) ADELANTADOS A SU TIEMPO
YA FUERA POR SU CONCEPTO, SU DISEÑO O SUS APORTACIONES TECNOLÓGICAS Y MECÁNICAS, ESTOS ‘CONCEPT CAR’, AUGURARON EL FUTURO DE LA AUTOMOCIÓN MUCHO ANTES DE QUE OCURRIERA. PERO SE PASARON DE FRENADA :
Un vehículo de casi seis metros de largo, con solo tres ruedas, capaz de girar sobre sí mismo, de albergar once pasajeros y alcanzar 140 kilómetros por hora. El Dymaxion (1933) fue uno de los inventos de Richard Buckminster Fuller, un visionario arquitecto y diseñador estadounidense que hoy en día estaría compitiendo con Elon Musk sin ningún problema. Solo se fabricaron tres unidades de pruebas, pero fue tan célebre (incluso visitó la Casa Blanca) que su aspecto futurista inspiró modelos posteriores, como la T1 de Volkswagen. De la misma época es también el Stout Scarab (1935), creado por William Bushnell Stout y considerado el primer monovolumen de la historia. Incorporó avances que después se generalizarían, como el uso de fibra de vidrio en la carrocería, mejoras en la aerodinámica, motor trasero y suspensión neumática. Además, la idea de Stout era crear un coche familiar que pudiera ser usado incluso como oficina (tenía una mesa en las plazas traseras) en largos desplazamientos. Una idea que se acerca bastante a los interiores que vemos ahora, en la era de internet, el teletrabajo y el coche autónomo. Stout lo vio ochenta años antes.
MÁS QUE CONCEPTOS
Otra revolución se produjo en 1939, cuando Harley J. Earl creo el Buick Y-Jop, el que se ha considerado el primer concept car de la historia. Es decir, un coche ideado como ejercicio de diseño o banco de pruebas, sin visos para ser fabricado en serie. El Y-Job estrenó los faros escamoteables, ventanillas eléctricas o un techo descapotable
mecanizado. Y también inauguró la necesidad de crear centros de diseño como los de hoy en día. Especial mención a otro Buick, el Centurion (1956), que inauguró algo que nos suena de lo más moderno: la cámara de visión trasera. Después de él, en los años 60, hubo una época de prototipos de diseño imposible, como el Astro de Chevrolet, que encarnaba la idea de coche del futuro de la época, cercana a un cohete (no olvidemos que entonces el hombre pisó la Luna por primera vez). Y en 1967, cincuenta años antes del Smart y el AMI, Ford enseñó una idea loca: un automóvil diminuto y eléctrico para circular por las ciudades, el Conmuta. De aquellos barros se vivió en los 70 y los 80 de lodos como el Alfa Romeo Carabo (que montó las primeras puertas de tijera), el Citroën Karin (con un interior acristalado y con pantallas simuladas muy reconocibles en nuestros días), el Holden Hurricane (que estrenó el precursor del GPS, llamado Pahtfinder) y el Pontiac Stinger, que bien podrían haber sido diseñados en los 2000. Y recién estrenado el nuevo siglo aparecieron concepts como el Mercedes AAVision Concept (1996), el Seat Salsa Emoción (2000) o el Nissan 3 (2002), vehículos que propiciaron el nacimiento del crossover y que hoy en día estarían petándolo en plena fiebre SUV.