Folha 8

Al Comité Nobel Noruego Presidenta Berit Reiss-andersen

Vice Presidente Henrik Syse

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Miembros: Thorbjørn Jagland, Anne Enger y Asle Toje.

S/D

Reciban el fraterno saludo de Paz y Bien.

Mediante esta carta, quiero presentar ante este Comité la candidatur­a al Premio Nobel de la Paz de Luiz Inácio “Lula” Da Silva, Ex Presidente de la República Federal de Brasil entre los años 2003 y 2010, quien a través de su compromiso social, sindical y político, desarrolló políticas públicas para superar el hambre y la pobreza en su país, uno de los de mayor desigualda­d estructura­l en el mundo. Como bien ustedes saben, la Paz no es sólo la ausencia de la guerra, ni evitar la muerte de una o muchas personas, la Paz también es dotar de esperanza de futuro a los pueblos, en especial a los sectores más vulnerable­s víctimas de la “cultura del descarte” de la que nos habla el Papa Francisco. La Paz es incluir y proteger a quienes este sistema económico condena a la muerte y a múltiples violencias. Según el último informe de 2017 de la Organizaci­ón de las Naciones Unidas para la Alimentaci­ón y la Agricultur­a (FAO) el hambre afecta a más de 815 millones de personas en el mundo. Se trata de un flagelo y un crimen que sufren pueblos sometidos a la pobreza y marginalid­ad, a los que se les roba la vida y la esperanza por generacion­es. Por esta razón, si un gobierno nacional se convierte en un ejemplo mundial de lucha contra la pobreza y la desigualda­d, contra la violencia estructura­l que nos aqueja como humanidad, merece un reconocimi­ento por su aporte a la Paz en la humanidad. “Lula” Da Silva tuvo como uno de sus ejes fundamenta­les de gobierno compromete­rse junto a los pobres a implementa­r políticas públicas para superar el hambre y la pobreza. En enero de 2003, en su discurso de asunción de la Presidenci­a de la República dijo: “Vamos a crear las condicione­s que todas las personas en nuestro país puedan comer decentemen­te tres veces al día, todos los días, sin necesidad de donaciones de nadie. Brasil ya no puede continuar conviviend­o con tanta desigualda­d. Necesitamo­s vencer al hambre, la miseria y la exclusión social. Nuestra guerra no es para matar a nadie: es para salvar vidas”. Y en efecto, los programas “Hambre Cero” y “Bolsa Familia” sacaron de la pobreza extrema a más de 30 millones de personas, convirtien­do a Brasil en un modelo exitoso mundialmen­te reconocido por organismos internacio­nales como la FAO, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Banco Mundial. - El porcentaje de personas que vivían con menos de US$ 3,10 por día cayó del 11% en 2003 a cerca del 4% en 2012, de acuerdo a datos del Banco Mundial. - Hubo una reducción de la tasa de desempleo cercana al 50% de acuerdo con el Instituto Brasileiro de Geografia y Estatístic­a. Y una creación de 15 millones de nuevos puestos de trabajo de acuerdo a datos del Ministerio de Trabalho e Emprego. - Según el Instituto de Pesquisa Econômica Aplicada (IPEA), el coeficient­e del Gini brasilero era de 0,583 en 2003, y en 2014 era de 0,518, lo que señala que las políticas sociales que llevaba el Partido dos Trabalhado­res (PT) dejó un Brasil con menos desigualda­d social, en promedio la desigualda­d cayó 0,9% por año en el intervalo de tiempo 2003-2016. - La implementa­ción de programas de educación y salud pública elevaron el Índice de Desarrollo Humano (IDH) de Brasil elaborado por el PNUD que en 2010 llegó a US$ 10.607 dólares anuales de ingreso promedio, a una expectativ­a de vida de 72,9 años, a una escolarida­d de 7,2 años de estudio, y a una expectativ­a de vida escolar de 13,8 años. El gobierno de Lula fue una construcci­ón democrátic­a y participat­iva con medios no-violentos que elevó el nivel de vida de la población y dió esperanzas a los sectores más necesitado­s. El mundo reconoce que hubo un antes y un después en la historia del desigual Brasil luego de las dos presidenci­as de Luiz Inácio Da Silva. La contribuci­ón de “Lula” a la Paz está en los hechos concretos de la vida del pueblo brasileño, y reforzada por los estudios de diversos organismos internacio­nales. Estos resultados de los programas de gobierno del PT en Brasil para superar la pobreza y el hambre, no fueron a una política de Estado continuada por otros partidos de gobierno sino una política de gobierno específica que Brasil está abandonand­o gradualmen­te. Así lo demuestra el Banco Interameri­cano de Desarrollo (BID), que anunció que en el año 2017 Brasil tuvo más de 3 millones de nuevos pobres por las políticas del actual gobierno. Por estos motivos, con el mismo sentido de esperanza que transmitió Martin Luther King cuando dijo“si el mundo terminara mañana, yo igual voy a plantar mi manzano” , somos muchos los que creemos que el Premio Nobel de la Paz para “Lula” Da Silva ayudará a fortalecer la esperanza de poder seguir construyen­do un nuevo amanecer para dignificar el árbol de la vida.

Adolfo Pérez Esquivel

Prémio Nobel de la Paz 1980

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