Viva a ETERNA melodia PARAGUAIA
Agustin Pío Barrios, também conhecido pelo apelido de Mangoré, é o mais reconhecido guitarrista e compositor paraguaio de música clássica. Ele não está mais entre nós, mas deixou um legado musical que se eternizará na história de gerações e gerações que curtem uma boa música clássica. Iniciou sua carreira pelo violão, o qual tocava desde a infância, chegando a fazer uma participação no Orchestra Barrios, composta por membros de sua própria família. Dotado de grande facilidade musical, ele alternava o violino com a flauta e a harpa, embora mais tarde tenha escolhido o violão como instrumento principal.
A partir de 1910, aprimorou o estudo do instrumento e então passou a participar de concertos no México e Cuba. Depois de continuar seus estudos em Assunção, ele viajou pela Argentina, Uruguai e Brasil. Em 1925, Agustin voltou ao Brasil e começou uma turnê pelo mundo. Por alguns anos foi costume seu tocar em concertos com roupas paraguaias tradicionais, já que ele era parcialmente de origem guarani.
Em 1933, iniciou sua atividade como professor no Conservatório de San Salvador. Mas no ano seguinte, devido a sua única turnê pelo Velho Continente, que durou até 1936, ele parou de lecionar. No entanto, no final dos anos 30, sofreu uma crise de sífilis que desencadeou problemas cardíacos, vindo a morrer de ataque cardíaco em 1944, aos 59 anos, em San Salvador, onde ainda estava ensinando.
As composições de Barrios podem ser divididas em três categorias básicas: folclórica, imitativa e religiosa. Ele homenageou a música e o povo de sua terra natal compondo peças modeladas a partir de canções populares da América do Sul e da América Central. E hoje somos agraciados com suas obras que se eternizam em cada melodia.
O trabalho de Barrios como compositor destaca principalmente sua versatilidade e técnica. Em sua juventude, ele recebeu a influência de Bach e Mozart. No entanto, em outro aspecto de sua produção, predominam os ritmos e melodias da música latino-americana. John Williams, o renomado guitarrista australiano, descreveu-o como o melhor compositor de todos os tempos para o violão. Estima-se que o paraguaio tenha composto mais de 300 canções, entre as quais podemos citar: A Catedral (considerada a sua obra mais impressionante); As Abelhas; Confissão; Dança Guarani e Mazurca passionata.
El trabajo de Barrios como compositor destaca principalmente su versatilidad y técnica. En su juventud, tuvo influencias de Bach y Mozart. Sin embargo, en otro aspecto de su producción, predominaron los ritmos y melodías de la música latinoamericana. John Williams, el renombrado guitarrista australiano, lo describió como el mejor compositor de todos los tiempos en la guitarra. Se estima que el paraguayo compuso más de 300 canciones, entre las que podemos citar: La Catedral (considerada su obra más impresionante); Las Abejas; Confesión; Danza Guaraní y Mazurca passionata.
Viva la eterna melodía paraguaya
Agustin Pío Barrios, también conocido por su seudónimo Mangoré, es el guitarrista y compositor paraguayo más reconocido de la música clásica. Pese a que ya no está con nosotros, dejó un legado musical que se eternizará en la historia de generaciones y generaciones que disfrutan de la buena música clásica. Comenzó su carrera con la guitarra, que tocaba desde la infancia, llegando a participar en la Orchestra Barrios, compuesta por miembros de su propia familia. Dotado de una gran facilidad musical, alternaba entre el violín, la flauta y el arpa, aunque más tarde escogería la guitarra como su instrumento principal.
A partir de 1910, priofundizó su estudio del instrumento y comenzó a participar en conciertos en México y Cuba. Después de continuar sus estudios en Asunción, viajó a Argentina, Uruguay y Brasil. En 1925, Agustin regresó a Brasil y comenzó una gira mundial. Por algunos años tuvo la costumbre de tocar en sus conciertos con trajes tradicionales paraguayos, ya que era en parte guaraní.
En 1933, comenzó a ejercer como profesor en el conservatorio de San Salvador. Al año siguiente, debido a su única gira por el viejo continente, que duró hasta 1936, dejó de enseñar. Sin embargo, a fines de los años 30, sufrió una crisis de sífilis que desencadenó problemas cardíacos, falleciendo de un ataque al corazón en 1944, a los 59 años, en San Salvador, donde aún enseñaba.
Las composiciones de Barrios pueden dividirse en tres categorías básicas: folclórica, imitativa y religiosa. Homenajeó a la música y el pueblo de su tierra natal componiendo piezas modeladas a partir de canciones populares de América del Sur y América Central. Y hoy contamos con la gracia sus obras, las cuales se eternizan en cada melodía.