DE VIAJE
Entre muros de piedra. Hub creativo.
Entrar al hotel Mercer Barcelona significa hacer un recorrido único por la historia de la ciudad. Las estrechas y laberínticas calles medievales del Barri Gòtic son el preámbulo perfecto para dejarse envolver por la magia del área más antigua de la capital catalana. Pero una vez que se ha llegado al gran portón de madera, marcado con el número 7 de la calle dels Lledó, el encanto de la travesía adquiere un matiz distinto, mucho más íntimo y personal; se ha arribado a un sitio colmado de historia y diseño.
Construido sobre una parte de la muralla romana de la antigua Barcino —nombre en latín con el que fue conocida esta colonia del Imperio Romano—, el hotel Mercer está conformado por una serie de edificios de gran valor arquitectónico, en cuyo interior se encuentran restos de diferentes periodos históricos.
Con sus arcos medievales, sus frescos del siglo XII o sus techos de madera datados en el siglo XVIII, este conjunto es un verdadero regalo para los amantes de la arquitectura.
Sin embargo, la experiencia de alojarse en Mercer Barcelona no representa una estancia historicista, pues la inclusión de los elementos antiguos ha sido tan atinada que, lejos de convertirse en protagonistas únicos, han sido transformados en piezas de un concepto integral contemporáneo.
La mente maestra detrás de este —nada sencillo— reto es el arquitecto Rafael Moneo, ganador del Premio Príncipe de Asturias 2012, cuya propuesta radicó en rescatar el valioso patrimonio cultural para integrarlo orgánicamente con la arquitectura contemporánea del hotel, de manera que la obra final pudiera mirar al futuro desde un profundo respeto al pasado.
Con énfasis en tonalidades neutras y acentos de colores profundos, en líneas sobrias y en mobiliario moderno, la decoración del hotel fue realizada por el equipo de interiorismo de Mercer Hoteles, compañía que está próxima a abrir su siguiente proyecto, Mercer Torre del Remei, en un palacete modernista de 1910, situado en Bolvir, un pintoresco pueblo de La Cerdeña, en el Pirineo catalán.
Así, la sencillez del diseño interior del hotel Mercer se encuentra acentuada únicamente por algunas piezas expresionistas del reconocido artista catalán Agustí Puig.
Quienquiera que se hospede en este hotel, no debe dejar pasar la oportunidad de visitar su roof, particularmente en verano, donde se ubica la piscina, el solárium y la terraza con servicio de bar, la cual cuenta con una maravillosa vista hacia los tejados del Barrio Gótico, ideal para culminar en pleno deleite un atareado día en la bella Barcelona.