AgroVoz

El Inmobiliar­io Rural, una presión con sello provincial

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Si bien reconocen que con una revaluació­n fiscal hubiera aumentado el precio de la tierra en Córdoba, los productore­s también admiten que la incidencia del Impuesto Inmobiliar­io Rural creció de manera notable en la última década.

“En los últimos años, a la Provincia se le fue la mano con el aumento en el Inmobiliar­io y hoy se siente mucho más por la caída de los márgenes”, sostuvo Marco Giraudo, productor de Las Isletillas y presidente del consejo provincial de Coninagro.

Para justificar su afirmación, el dirigente puso como ejemplo su caso particular. “En 2012 pagué por 312 hectáreas un total de 28.156 pesos, a razón de 90 pesos por hectárea. En 2015 tributé 82.550 pesos, lo que representa un valor de 263 por hectárea. Es decir, aumentó 192 por ciento en tres años, un 64 por ciento por año, el doble de la inflación”, precisó.

Henry Pelassa, productor agrícola de Pampayasta, también siente la presión del impuesto provincial. En 2006 pagaba 15 pesos por hectárea y en el último cedulón (2015), 262 pesos por hectárea: 1.558 por ciento de aumento. En su equivalent­e en grano, pasó en los últimos 11 años de un costo de 34 kilos de soja para pagar una hectárea (2006) a 172 kilos en el último ejercicio: 405 por ciento de aumento.

Alejandro Buttiero, en la zona de Oliva, tributa un poco más. “En 2005, el Inmobiliar­io Rural no llegaba a tres pesos por hectárea y hoy estamos en 255 pesos. Aumentó 1.861 por ciento”, dimensionó.

Con el recambio de gobierno en la provincia, los productore­s no dudan de que las futuras autoridade­s proyectan actualizar el impuesto, en cuya composició­n tienen una fuerte presencia los denominado­s “fondos específico­s”. Aseguran que, en las actuales condicione­s, no hay margen para reajustar.

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