“El maíz cambió con sólo correr tres meses las fechas de siembra”
Por cada punto de severidad, las enfermedades fúngicas se llevan nueve kilos por tonelada en el rendimiento del maíz, mensuró Marcelo Carmona, investigador de la Universidad de Buenos Aires, durante el simposio que organizó Basf en Rosario, como parte de la hoja de ruta del programa Top Ciencia.
También destacó que, como respuesta a tratamientos con fungicidas, hoy se alcanzan mejoras superiores a los mil kilos en el rendimiento del cultivo por hectárea.
Entre los desafíos, enumeró una mejor comprensión del funcionamiento fisiológico del maíz; necesidad de mejoramiento en maíces tardíos; discutir el monitoreo, momento y umbrales de las aplicaciones. Agregó en esa lista el tratamiento de semillas y profundizar la investigación, en virtud del cambio en la intensidad de las enfermedades.
“Hoy es necesario saber que el maíz es totalmente diferente por sólo correr tres meses la fecha de siembra; el peso y el llenado pasan a ser importantes y además aparecen una intensidad y diversidad de enfermedades que no aparecían antes”, sostuvo ante la consulta de Agrovoz.
Explicó que se requiere investigar, hacer mejoramiento de los maíces tardíos. En segundo lugar, conocer qué está sucediendo con algunos patógenos que antes no aparecían, como cercóspora, mancha blanca, o incluso variabilidades genéticas. Carmona citó el caso de Córdoba, donde se han corrido fechas de siembra para asegurar que el período crítico no tenga estrés hídrico.
“La condición de la actual campaña es que hay un aumento en la producción de maíz, pero una disminución de la producción por hectárea. La sequía ha limitado los rendimientos locales por hectárea. Sin embargo, por el aumento de la superficie de siembra hay un aumento global de la producción”, describió.
En tales condiciones, mencionó que “lo que más puede aparecer es macrophomina, un hongo que está adaptado al estrés térmico. Las enfermedades más importantes, en general están asociadas a los períodos de mojado. Si no hay lluvias, puede aparecer macrophomina en la raíz del tallo, algo de roya común, pero no es impactante. Si vienen las lluvias, es bueno para el cultivo y también para los patógenos”, agregó.
Respecto de la roya común, dijo que la situación en la actual campaña depende del área. En fechas tempranas, la roya es importante, porque transcurre sobre temperaturas más frescas. No así cuando las temperaturas son más cálidas; a partir de 30 grados disminuye drásticamente la germinación de esporas.
En términos económicos, Carmona expresó que se deben tomar decisiones con fungicidas basadas en metodologías concretas y el momento adecuado. Si se aplican en situaciones de estrés, no se obtendrán rendimientos, que sí se logran considerando umbrales de daño y condiciones predisponentes. Recomendó capacitación y monitoreo. “A partir de la emergencia comienzan los problemas de enfermedades más graves”, advirtió el investigador.
SE DEBEN TOMAR DECISIONES CON FUNGICIDAS BASADAS EN METODOLOGÍAS CONCRETAS Y EN EL MOMENTO ADECUADO, DIJO CARMONA.