Beneficio fiscal para impulsar las ventas de soja
ginosa se ubica en 28 por ciento y llegará a 18 por ciento en diciembre de 2019.
El problema surgió porque este esquema de rebajas chocaba con el régimen de DJVE creado por la Ley 21.453, que habilita a los exportadores a anotar negocios anticipados, para congelar de ese modo su situación tributaria.
Las aceiteras mostraron dudas respecto de qué alícuota debía aplicarse en los embarques declarados a futuro, y el gobierno tuvo que salir a acomodar la situación. “Para la liquidación de los derechos de exportación de los productos comprendidos en el régimen de la Ley 21.453 se considerará también la reducción mencionada, por mes comprendido entre la fecha de cierre de venta y la de inicio del período de embarque declarado en la DJVE”, precisa el decreto firmado por el presidente Macri.
El subsecretario de Mercados Agroindustriales, Jesús Silveyra, explicó que en la práctica este decreto, y una resolución complementaria que será publicada en los próximos días, permitirá a los exportadores retomar sus declaraciones de ventas anticipadas aplicando a sus negocios a futuro la alícuota de retenciones que corresponda el período del embarque.
La Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea) estimó que más de 50 por ciento del maíz y soja sembrados sufrieron caídas de rendimientos por la sequía, lo que provocó mermas en la producción que van de 11 a 31 por ciento entre los cultivos.
Según en relevamiento realizado por la entidad a más de 1.200 empresarios del sector, “se registró un alto porcentaje del área afectada con estimaciones de caída de rinde importantes”.
“Esta nueva encuesta muestra un fuerte impacto de la sequía que desafía la situación actual y expectativas para productores agrícolas, ganaderos y tamberos. La pérdida de área y producción erosiona los resultados productivos y económicos esperados”, agregaron desde la asociación.
En este sentido, señalaron que “en agricultura el aumento de precio de los granos atenúa marginalmente el impacto, mientras en ganadería y lechería la situación es compleja y resentirá aspectos productivos y económicos en el mediano plazo”.
En el desglosado, precisaron que el maíz temprano presentó 54,2 por ciento de área afectada y la proyección de caídas de rendimiento fue de 20,8 por ciento, lo que significaría pérdidas de 11,2 por ciento en la producción. Mientras que en la soja de primera se registró 58,9 por ciento de área afectada con mermas de rendimiento de 29,6 por ciento y alcanzaría una merma de 17,4 por ciento de producción.
Por su parte, 66,8% de la superficie con soja de segunda fue afectada con una disminución de rendimiento de 47 por ciento y una caída de la producción de 31,3 por ciento. El maíz tardío fue afectado con una caída de 35,4 por ciento en el rendimiento y de 21,7 en la producción.
Respecto a la ganadería, la falta de agua generó pérdidas de área de 12 por ciento en pasturas y campo natural y 14 por ciento en verdeos.
“Esta situación repercutió sobre variables claves como la retención de vientres, en la que se registra un aumento considerable de empresas que planean disminuir la retención”, indicaron desde la asociación.