Signos de una mejor perspectiva. Entrevista a Gabriel Bagnato, del Inale de Uruguay.
El gerente general del Instituto Nacional de la Leche (Inale) de Uruguay destaca el repunte de la demanda internacional, y sostiene que la leche en polvo debería sostenerse arriba de los U$S 3.000.
La palabra “equilibrio” es la que está más cerca de definir el estado del mercado internacional de lácteos. No es una condición consolidada, pero sí con signos de buenas perspectivas. La paridad entre oferta y demanda, luego de años de inestabilidad, presenta mejor coyuntura y horizonte para el sector.
Las pretensiones de rentabilidad a nivel internacional tienen entre sus argumentos un repunte en la demanda de parte de China, India y otros países, con una estabilidad de precios a un nivel mucho mejor que dos años atrás.
Parte de esto lo describió Gabriel Bagnato, gerente general del Instituto Nacional de la Leche (Inale) de Uruguay, al presentarse en Villa María en el marco de la 12º Jornada Lechera Nacional.
– ¿Qué expectativas puede hacerse el productor del Cono Sur en este contexto?
–Depende del grado de integración internacional de cada lechería. En Argentina, el mercado interno es mucho más importante, pero en Uruguay es 70-30 a favor de la exportación. Creo que la situación actual está generando
una pequeña recuperación en el crecimiento del ganado, producción de leche y precios, después de una situación compleja en lo climático por dos años. Este nivel de precios permite tener otra mirada en cuanto a rentabilidad. –¿Se van a mantener los precios?
–Luego de los últimos años, son pocos quienes se animan a proyectar a largo plazo, pero estamos viendo señales positivas. Una oferta que crece, pero sin precios excepcionales, y una demanda que se sostiene. Creemos que la leche en polvo debería mantenerse por encima de los 3.000 dólares. Otros elementos son la intervención interna de la Unión Europea (UE) y el stock de leche descremada y queso que tiene Estados Unidos. Sus estrategias para volcarse al mercado incidirá en que los precios se mantengan o no. Pero también son los países que menos quieren que los precios se derrumben. Tuvieron conflictos sociales importantes por ese motivo.
Acuerdo con la UE
Sobre el acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur, el directivo dijo que hay que tener una “mirada especial” en el capítulo de los productos lácteos.
“No se puede abrir de la misma manera el mercado hacia ambos lados. En la Unión Europea, entre el 30 y el 50 por ciento del ingreso del productor llega por subsidios, ya sean acoplados o desacoplados. Tenemos una competencia inequitativa”. Confió en que los gobiernos locales tienen esto en claro.
En la lechería de Uruguay es muy fuerte el protagonismo cooperativo. Conaprole, que podría compararse con lo que fue Sancor, abarca el 75 por ciento de la captación de leche. Calcar, la cooperativa de leche de Carmelo, tiene otro tres por ciento, mientras Claldy es una sociedad anónima que detrás tiene una cooperativa alemana.
De esta manera, el productor tiene mucho peso en el proceso de fijación de precios. “A veces hay conflictos –reconoció el gerente de Inale–, pero esta última crisis se manejó con mucha seriedad y demostró que los productores pueden manejar su propia industria, mantenerla en una buena situación financiera, afrontar sus obligaciones, y obtener un precio en algunos casos superior a otras empresas”.
Puntualmente sobre Conaprole dijo que la ve “muy bien desde el punto de vista financiero, pagando muy bien a sus productores”, y
suma otros servicios, como financiamiento para siembras y raciones. –¿Cómo se fortalece al productor?
–Trabajando en herramientas para competir en el mundo. No podemos subsidiar como la UE, ni dar un seguro de margen como en Estados Unidos, pero en el Inta en Argentina, y nosotros en Uruguay, generamos recursos para asegurarle no quedar tan a merced de la volatilidad de valores. Estamos trabajando en financiamiento a largo plazo y acoplado al ciclo de producción. Permiten flexibilidades en momentos complejos.