Fútbol y comercio en la tierra del Mundial y del vodka
afectan productos de origen animal (tarifa NMF aplicada promedio de 24 por ciento), bebidas y tabaco (22 por ciento), lácteos (15 por ciento), azúcar y productos de confitería, 10 por ciento. También tiene barreras arancelarias, que se aplican principalmente a carnes, despojos comestibles y lácteos. En 2012, Rusia adhirió a la Organización Mundial de Comercio (OMC) y consolidó en su lista seis contingentes arancelarios aplicables a productos del agro: carne de bovino fresca o refrigerada; carne de bovino congelada; carne de porcino fresca, refrigerada o congelada; recortes de carne de porcino; carne de aves de corral fresca, refrigerada o congelada, y lactosuero, incluso modificado.
–¿Y qué otros datos presenta el informe de la Fundación Inai?
–Le agrego: sólo nueve por ciento del comercio mundial de Rusia corresponde al sector agroindustrial. En el comercio bilateral con Argentina tienen una balanza negativa de alrededor de 707 millones de dólares. El 88 por ciento de las importaciones totales rusas desde nuestro país corresponden a productos del agro.
--¿Y qué productos entran en ese intercambio?
–Desde acá van peras, limones, hígados, maní sin cáscara, maníes preparados o conservados, quesos, y de allá vienen para acá hongos, vodka, copos, gránulos y “pellet” de papa, lenguas, aceites esenciales, cerveza de malta. Nuestro país tiene acceso preferencial a la Unión Económica Euroasiática de la que Rusia forma parte junto a otros 12 socios comerciales.