Basf fabrica productos a partir del reciclado químico
La empresa alemana Basf está innovando en el reciclado de residuos plásticos a través de su proyecto ChemCycling. La iniciativa le permitirá a la compañía utilizar las materias primas que resulten de un proceso de reciclaje químico como insumos de su producción.
El reciclado químico es una manera innovadora de reutilizar los residuos plásticos que actualmente no se reciclan, como los plásticos mezclados o contaminados. Mientras que, por lo general, los residuos plásticos se envían a vertederos o a incineración con recuperación de energía, el reciclado químico ofrece otra alternativa y permite que estos plásticos puedan ser utilizados para producir gas de síntesis o aceite de pirólisis mediante procesos termoquímicos. De esta manera, el proyecto ChemCycling permitiría que las materias primas recicladas que resulten de este proceso se utilicen como insumos en la producción de Basf, sustituyendo parcialmente los recursos fósiles.
Empaques y estantes
En la etapa piloto del proyecto, Basf está desarrollando productos con 10 clientes de diversos sectores, que incluyen empaques para lácteos, estantes para heladeras y paneles de aislamiento térmico. Se puede fabricar productos que satisfagan los estándares del alta calidad e higiene –necesarios para el embalaje de alimentos– porque los productos ChemCycling suministrados por la empresa cuentan exactamente con las mismas propiedades de los productos procedentes de recursos de origen fósil, informaron desde Basf.
Stefan Gräter, jefe del proyecto ChemCycling, ve un gran potencial en esta nueva forma de reciblado, para modelos de negocios innovadores, para la propia empresa y para sus clientes, dándole valor a sus productos.
El reciclado químico es un complemento innovador a otros procesos de reciclado y gestión de residuos.
“Necesitamos una amplia gama de opciones de recuperación de residuos plásticos, ya que no todas las soluciones son adecuadas para ciertos tipos de residuos o posibles para cada aplicación del producto. La primera elección debe ser siempre la solución con mejor rendimiento en la evaluación de ciclo de vida”, explicó Andreas Kicherer, especialista en sustentabilidad de Basf.
El desafío está en gestionar de una manera responsable los plásticos posconsumo.
Rizoderma es el primer biocontrolador fúngico desarrollado en Argentina en base a la cepa Trichoderma harzianum 2 (Th2), identificada y desarrollada por el Inta Castelar.
Esta cepa fue seleccionada por ser la más efectiva para combatir los hongos patógenos que afectan la germinación y desarrollo inicial de los cultivos de soja y trigo, y actualmente también se está ensayando en arroz.
Pero además de brindar un efectivo control fungicida, pone un freno a la resistencia de las plagas, superando los parámetros conocidos sobre desempeño en el poder residual.
Durante el encuentro, Yapur y Balbín manifestaron la necesidad de profundizar la alianza de trabajo, público y privada, con el fin de seguir apoyando el desarrollo de esta biotecnología que al ser 100 por ciento de origen biológico tiene un alto potencial de crecimiento comercial.